San José.- En total, 592 de los 820 conductores que dieron positivo a la prueba de expiración de aire, realizada por la Policía de Tránsito en carretera, arrojaron resultados alarmantes, pues el alcohosensor determinó que estas personas viajaban por encima del límite máximo permitido, es decir, conducían en estado de ebriedad.
Este resultado equivale a que el 72.2% de los testeados, en el primer trimestre del año, no solo se atrevieron a conducir luego de haber consumido licor, sino que lo habían ingerido en gran cantidad.
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Las 592 personas sorprendidas en esta condición fueron remitidas a la Fiscalía, para afrontar un proceso penal por el presunto delito de conducir en estado etílico, según los parámetros establecidos en la Ley de Tránsito.
Por otra parte, 101 un conductores recibieron una sanción de unos ¢327.000, acumularon 6 puntos en la licencia y deberán realizar un curso de reeducación vial, y aprobarlo, para poder renovar su licencia, la cual se le extendería por 4 años y no por 6. Si el conductor tenía licencia por primera vez, pierde el derecho a conducir de inmediato, por un año, además de la multa, la acumulación de puntos y el proceso de reeducación vial para renovar, una vez cumplido el castigo de un año.
Finalmente, 127 conductores también dieron positivo a la prueba de alcohol; sin embargo, su consumo había sido tan bajo que no ameritó la imposición de multas de ningún tipo.
Los 820 casos positivos de alcohol al volante equivalen al 14.2% de las 5.769 personas sometidas a la prueba expiración de aire, por parte de la Policía de Tránsito. Esta cifra, eso sí, en porcentaje, es inferior al 17% de casos positivos del año pasado, cuando 675 de los 3.948 testeos dieron positivo.