La localidad El Caliche, en el sector Villa Duarte, es una de las comunidades más marginadas del país, donde la extrema pobreza se empeña en callar el clamor inaudible de sus moradores por una mejor calidad de vida.
Este sector, que parece haber sido olvidado, acogió en su niñez y adolescencia a Fray José María Guerrero, un sacerdote franciscano que, siendo miembro de una familia de 14 hermanos y huérfano de padre desde los 8 años, ha sentido el látigo de la miseria; pero de esa misma manera ha crecido en él la vocación de cambiar aquella realidad, que aún es un factor común en las familias de El Caliche.
Laboratorios Patria Rivas ha sido el principal colaborador de la fundación Futuro Cierto desde sus inicios. Mediante un aporte mensual fijo, soporte en acciones puntuales y seguimiento continuo a sus labores.
A los 14 años, Fray José sintió el llamado a la consagración a Dios, y a los 17 años ingresó al seminario.
Luego de sus estudios, hizo trabajo social con la orden franciscana de los Capuchinos, durante 27 años, hasta que un segundo llamado vocacional le hizo sentir que debía regresar al barrio que lo vio crecer, y trabajar para mejorar las condiciones de vida de su gente, a través de la comunidad Hermanos Pobres de San Francisco.
Desde hace doce años, Fray José, con el apoyo de un equipo de voluntarios, ha emprendido una invaluable obra de amor en favor de esta comunidad, donde por décadas ha reinado la desesperanza y la resignación, y donde la violencia, la prostitución, los embarazos en adolescentes y la falta de educación han sembrado profundas y peligrosas raíces.
Cobertura de necesidades básicas
Su primera misión fue proveer alimentación diaria a los niños de la localidad cuyas familias no tenían los recursos. Aquel gesto solidario comenzó con el almuerzo a 100 niños y hoy los beneficiados ascienden a 325.
Este primer intento de ayuda vuelca la mirada de Fray José hacia un amplio abanico de necesidades, por lo que decide instituir la fundación Futuro Cierto, con el propósito de ampliar el alcance de los proyectos. De esta manera, con ayuda de otras manos solidarias, la fundación incorpora asistencia en salud, capacitación (en alianza con el Instituto de Formación Técnico Profesional -Infotep-), formación religiosa y en valores para niños y jóvenes, y apoyo a los enfermos, adultos mayores y embarazadas.
Semanalmente, Fray José, junto a voluntarios de la fundación, visita a los enfermos que están en cama y les ofrece soporte espiritual, al tiempo que evalúa sus necesidades primordiales, que generalmente son medicamentos, alimentación, pañales desechables y colchones.
Ángeles de la comunidad
La fundación Futuro Cierto se sostiene con el aporte de colaboradores, quienes donan principalmente alimentos, medicamentos y trabajo voluntario.
Los únicos aportes fijos son de las empresas Laboratorios Patria Rivas, que es el principal contribuidor económico para la obra de la fundación, y Planeta Azul, que provee agua purificada para la elaboración de los alimentos.
La voluntaria Vanessa Perdomo es quien coordina los diferentes proyectos de la fundación, y día tras día deja la comodidad de su hogar para internarse en las necesidades de El Caliche. Desde tempranas horas del día se le ve por las callejuelas de la localidad, donde no solo todos la conocen, sino que la protegen y valoran su dedicación.
En su recorrido por el sector, Vanessa da seguimiento a las familias, ofreciéndoles acompañamiento y respaldo constante.
Uno de los propósitos de sus recorridos es vigilar las condiciones de salubridad de los hogares y sus alrededores, y orientar a los moradores sobre los riesgos de brote de enfermedades como dengue, zika, malaria y leptospirosis.
A pesar del hacinamiento en el que vive la mayor parte de las familias, a través de la labor de concienciación realizada por la fundación, se han logrado resultados palpables en las condiciones generales de higiene en las calles, patios y casas de El Caliche, lo que se traduce en menor vulnerabilidad ante afecciones de salud.
El derecho a vivir dignamente
Según informa Fray José, la próxima etapa de la fundación es hacer viviendas dignas para los moradores de El Caliche, que en su gran mayoría viven en condiciones infrahumanas.
Las lluvias provocadas por los fenómenos atmosféricos que han afectado al país en las últimas semanas han anegado muchas de las viviendas de El Caliche, mojando sus colchones y destruyendo sus ajuares. “Esta zona es una pendiente, por lo que cada vez que llueve se vive un drama muy triste”, asegura el religioso.