Se le tiene como un crítico del sistema de seguridad social, medio “izquierdoso” y “refunfuñón” a la hora de conversar con las aseguradoras de riesgos de salud, empresas a las que frecuentemente dirige sus cañones por el tema de las coberturas.
El doctor Fulgencio Severino es el jefe del Servicio de Cardiología del hospital Salvador B. Gautier, de la capital dominicana, y desde ese púlpito vive preocupado por la salud de los pacientes y la formación de los especialistas.
Periodistas de Resumen de Salud conversaron con él en la apertura del XVII Congreso Internacional de Cardiología, desarrollado durante tres días bajo la organización de la Asociación de Cardiólogos Egresados del IDS y el Servicio de Cardiología del Hospital Salvador B. Gautier
Aquí les dejamos la entrevista que le hemos realizado:
“Las enfermedades cardiovasculares son la principal causas de muerte en República Dominicana y el mundo; una de cada tres muertes son por esta causa.
“Contrario a lo que sucede en el mundo entero, donde las enfermedades vienen en descenso como causa de muerte.; aquí (en República Dominicana) es el al revés: cada año es mayor el número de muertos.
“Eso se debe, primero, a que no hay control de los factores de riesgo como demuestra Endesa y otras encuestas. El segundo elemento es que las enfermedades, una vez se presentan, no tienen tratamiento oportuno y adecuado, de forma particular el infarto agudo del miocardio, que es la principal causa de muerte de todas las enfermedades cardiovasculares, así como las enfermedades por accidente cerebrovasculares, que es la segunda causa de muerte cardiovascular, que en país prácticamente no tiene tratamiento.
“También está la muerte súbita que al día de hoy un paciente tiene dificultades para ponerse un desfibrilador para evitarla; pero aquí eso es imposible porque la seguridad social no lo protege.
“Desde el punto de vista cardiovascular tenemos enfermedades que son muy frecuentes, pero sin respuesta de tratamiento.
“La situación de los cardiólogos con las ARS es un poco difícil porque la mayoría de los procedimientos no están protegidos y quien más se afecta es la población más pobre, que tiene que ir a hospitales desfinanciados, porque son hospitales sin recursos para atender estas enfermedades.
“Cuando hay recursos se evitan las muertes. Un ejemplo de esto es que nosotros llevamos un programa que logramos que Promese nos financiará el medicamento en cuatro hospitales, con 208 pacientes tratados, y se han muerto nueve; así que tenemos una tasa de mortalidad de cuatro por ciento; mientras que sin tratamiento se mueren por esa enfermedad entre un 15 y un 20 por ciento.
“Tenemos dos años con el programa, pero es en los hospitales Salvador B. Gautier, el Francisco Moscoso Puello, el Central de las Fuerzas Armadas y el José María Cabral y Báez, de Santiago. Hemos pedido al Ministerio (de Salud) ampliarlo, pero nunca hay dinero, que sí aparece para otras cosas.
“En el país murieron en el 2012 unas 11 mil 500 personas por enfermedades cardiovasculares, de unas 30 mil en total; y de esos 11 mil 500, la mitad fue por enfermedad isquémica del corazón”.