La idea la expresó la presidenta de la entidad, al responder a Resumen de Salud inquietudes sobre la alarma lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde Bangkok por el uso indiscriminado de antibióticos y la resistencia
La doctora Carmen Sarah Mota planteó que en el país se debe legislar para l regulación e la venta de esos medicamentos y educar a la población sobre el impacto negativo de la resistencia y la importancia de saber usarlos.
Comentó que en clínicas y hospitales se utilizan de forma discriminada y la población se auto medica con estos medicamentos que sirven para tratar infecciones.
También favorece que los antibióticos sean utilizados con prescripción por parte de un profesional de la salud.
“Si es malo usar un antibiótico que no está indicando, usarlo mal es mil veces peor, por lo que no solo se deben establecer controles a nivel de los centros, sino que debiera haber una legislación que regule la venta y educar a la población sobre el impacto negativo que tiene la resistencia y la importancia de saber usarlos”, comentó.
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- “Si les digo que la única solución es censar van a pensar que me estoy burlando, pero ciertamente enfrentar la resistencia antibacteriana pareciera ser una labor casi imposible”, indicó la doctora Mota.
Dijo que en algunos países donde hay verdadera restricción a la venta de antibióticos, que solo pueden ser despachados a los pacientes con una receta firmada por un profesional de la salud, también tienen altas tasas de resistencias; es decir, que quizás esta no sea la sea la salida.
“Sin embargo, como en República Dominicana no existe tal control es una de las sugerencias o las medidas que entendemos podrían ayudar que por ley exista la ordenanza de que solamente se podrán detallar los antibióticos si están prescriptos por un facultativo de la salud”, señaló.
“Deben aplicarse en todos los centros de salud protocolos; es decir, que las patologías sean manejadas de acuerdo a las guías y el uso de ciertos antibióticos sea restringido solo para autorización en la evaluación del departamento de control de antibióticos que suele estar formado por un infectólogo, entre otras especialidades”, sostuvo.
Agregó que no debería permitirse el cambio de antibiótico de primera a segunda línea sin la intervención de un especialista en el área de enfermedades infecciosas.
“Constantemente vemos en las clínicas y otros centros como un paciente a veces pasa en menos de 48 horas a diferentes esquemas de antibióticos”, puntualizó.