Respaldado en múltiples estudios e investigaciones con evidencia científica, el doctor argentino Brian Cavagnari -máster en Nutrición y Metabolismo Clínico- explicó durante el Foro de Salud y Bienestar, realizado en la ciudad de Santa Cruz – Bolivia, que el consumo de edulcorantes no calóricos (ENC) es seguro para la salud humana y útil para la reducción del peso corporal de las personas y la ingesta energética, al ser una herramienta que ayuda a moderar el consumo de azúcar.
En este foro organizado por la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), Cavagnari brindó la conferencia “Mitos y Realidades en torno al azúcar y a los edulcorantes no calóricos”.
Durante su exposición, el experto indicó que en los diferentes consensos internacionales que se realizaron acerca del tema, al igual que el último Consenso Iberoamericano sobre ENC (Lisboa – 2017); se concluyó en que el uso de edulcorantes no calóricos es garantizado para la salud, consumiéndose en el marco de la ingesta diaria admisible (IDA).
Utilidad
“Los edulcorantes van a permitirnos disminuir las calorías que consumimos a expensas del azúcar y también a disminuir el consumo de azúcar -que generalmente es mayor al recomendado-, en definitiva lo que vamos a hacer es ahorrarnos calorías provenientes del azúcar, y en ese sentido, sí pueden contribuir a disminuir el peso”, manifestó el además doctor en ciencias biológicas.
Recordó que una de las conclusiones del Consenso de Lisboa fue justamente que los ENC pueden ser utilizados dentro de un programa de descenso de peso, que incluye otras acciones físicas y aspectos nutricionales, para colaborar en la dieta de las personas.
Obesidad
Al ser útiles para la reducción de peso, los edulcorantes también pueden coadyuvar en el tema de la obesidad, flagelo que está azotando al mundo con un crecimiento continuo.
Al respecto, Cavagnari lamentó que a nivel mundial la obesidad esté alcanzando valores escandalosos. Utilizando como fuente a la revista científica “The Lancet”, recordó que el 2017 se publicaron cifras que reflejan la existencia de 2.1 billones de personas con sobrepeso y obesidad en el mundo y que las proyecciones vaticinan que el 2025, el 18% de la población padecerá de esta epidemia, si no se actúa inmediatamente.
De acuerdo al informe presentado el 2017 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el 58% de la población de América Latina tiene sobrepeso u obesidad, condiciones que afectan más a mujeres y niños.
En Bolivia, según un artículo publicado en el diario La Razón, basado en datos del 2017 del Ministerio de Salud local, en los últimos 20 años las personas con sobrepeso u obesidad se duplicaron, puesto que en 1997 estas conformaban el 21,1% de la población y ahora representan el 42,7%. Estos datos dan cuenta de que en promedio se reportan 65.000 casos de obesidad o sobrepeso por añoo.
El experto argentino aclaró que para afrontar este flagelo no ssólo se debe pensar en la ingesta calórica que reduce el azúcar, sino en acciones multifactoriales, gastos y en varias formas eficientes de abordar el problema. Recordó que el azúcar solo aporta con 4 calorías, cuando otros elementos aportan con más -entre otros- las grasas aportan con 9 calorías e incluso el alcohol con 7 calorías por gramo.
Explicó que la obesidad se debe a muchos factores, que no siempre están relacionados a la alimentación equilibrada, sino que pueden estar vinculados a aspectos genéticos, biológicos, hormonales, ambientales o sociales, como la falta de actividad física.
Mitos y realidades
Con relación a los mitos y realidades de los edulcorantes no calóricos, el científico explicó que existen algunos fantasmas respecto a estos productos, debido al desconocimiento y la desinformaciónn.
Para quienes dicen que los ENC “no son naturales”, deben saber que esto es falso porque todo proviene de la naturaleza, aunque se los haga en laboratorios, sostuvo.
Asimismo, aseguró que la gente desconoce que los ENC están respaldados por comités científicos que analizan el riesgo de sus aditivos alimenticios.
“La seguridad es evaluada en un proceso científico independiente por organismos como la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA), la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA) y el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), entre otros”, justificó.
Aclaró que los ENC pasan por una evaluación de efectos adversos en función a las dosis. Reveló que se mide su absorciónn, metabolismo, distribución y excreción; a nivel genético, si causan mutaciones o carcinogenicidad; y en el tema de la reproducción, si tiene efectos en el embarazo y su desarrollo. “Con todo esto los científicos calculan el IDA (ingesta diaria admisible) dando un margen de seguridad para el consumo humano”, subrayó.