Al menos 48 por ciento de los hombres 50 años padecen de difusión sexual

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difusion.jpgCerca de 48 por ciento de los hombres sanos por encima de los 50 años padecen algún tipo de difusión sexual o eréctil, pero no buscan ayuda profesional, afirmó el doctor Pablo Mateo quien recomendó acudir a los expertos para detectar a tiempo cualquier anomalía e iniciar los tratamientos que demandan y evitar que el problema se agrave.

Aseguró que cuando se inicia un tratamiento por una difusión sexual, porque el paciente tiene su actividad sexual, pero no satisfactoria, es más conveniente que cuando la difusión es total.

Recomendó evitar el consumo de grasa, cigarrillos realizar ejercicios, tras destacar que cuando el paciente no responde a un tratamiento oral, inyectado o de terapia, por lo que agotado el protocolo se pasa a la cirugía (prótesis de pene).

Mateo Produjo sus declaraciones durante el XXXVIII Congreso de la Confederación Americana de Urología (CAU 2018), junto al XXXI Congreso de la Sociedad Dominicana de Urología y el XXIII Congreso de la Sociedad Iberoamericana de Urología Pediátrica, que se realiza en el Convención Center Punta Cana.

Aseguró que el éxito de la prótesis de pene va a estar determinado por factores que involucra la experiencia del paciente, tras advertir que algunos pacientes rechazan el implante, por alergias o dolor, por lo que se debe retirar.

“Las personas con hábitos tóxicos como el consumo de alcohol y drogas tienen mayores riesgos que son propios de su estilos de vida”, agregó el doctor Mateo.

Explicó que previo a la colocación de la prótesis, el paciente es evaluados por diferentes profesionales, incluido un psicólogos. En otro orden, ponderó que el cáncer de próstata ocupa el primer lugar del cáncer en hombres, tras advertir que uno de cada seis hombres padece esta enfermedad.

En ese sentido, recomendó a pacientes con antecedentes de cáncer de próstata o de mama acudir a los expertos ya que tienen mayor probabilidad de padecer enfermedad. Llamó la atención en que el cáncer de próstata no se previene, por lo que se deben redoblar los esfuerzos a una detección temprana para poder ofrecer posibilidades de cura.