El asalto y secuestro de que fue víctima el reconocido cardiólogo Pedro Ureña, en la frontera, ha estremecido al país y hasta el Ministerio de Defensa anunció que investigaría el hecho delictivo.
El prominente y enigmático cardiólogo dominicano Pedro Ureña fue secuestrado en la frontera de República Dominicana con Haití por una turba de más de 100 personas, en un incidente que duró unas horas.
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El propio Ureña narró el hecho en el programa radial El Sol de la Mañana y detalló que duró dos horas y medias.
Agregó que fueron despojados de sus pertenencias personales, como celulares y carteras con dinero, en el tramo entre Pedernales y Restauración. El hecho se produjo el pasado sábado mientras el médico hacía turismo interno.
Se mostró alarmado porque la agresión fue presenciada impasiblemente por dos soldados dominicanos, quienes explicó al grupo que éstos les dijeron que no podían hacer nada para defenderlos.
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Aseguró que el hecho ocurrió en la Carretera Internacional en la zona próxima a Pedernales.
Sostuvo que junto a él fueron retenidos otros dominicanos.
Las redes sociales se constituyeron ayer en una caja de resonancia contra la inseguridad en el país, la frontera y contra los haitianos, mientras los programas de opinión de radio y televisisión dedicaron tiempo al tema.
Calificó de increíble lo que le pasó, debido a que los militares dominicanos apostados en la frontera permiten esa situación y no defienden a los criollos que se desplazan por la zona.
«Fue en frente de nuestras autoridades, que para mí fue lo peor», dijo al referido programa en una comunicación telefónica.
El médico fue liberado y está sano y salvo.
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Ureña es uno de los más exitosos cardiólogos dominicanos. Con formación especializada en Estados Unidos, donde ejerció y residió, ha sido la vanguardia en las intervenciones del corazón con métodos mínimamente invasivos.
El ministro de Defensa, mayor general Rubén Paulino Sem, dijo que investigará la pasividad de los militares que presenciaron el hecho.
Adelantó que es frecuente ese tipo de actos en la Carretera Internacional y que en esta ocasión pudo haberse tratado de una presión de los haitianos para que les devuelvan unos motores que habían sido incautados por las autoridades dominicanas.
