Al menos doce personas se encuentran hospitalizadas con infecciones graves derivadas de tratamientos con células madre de cordón umbilical, según reportes de la prensa norteamericana.
Estos reportes aseguran que aparentemente, la empresa encargada de resguardar las muestras sanguíneas obtenidas de cordón umbilical carece de las autorizaciones necesarias por parte de la agencia reguladora de aquel país, pero al margen del cumplimiento de las normas, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) emitió una alerta respecto de dichos tratamientos.
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En la Unión Americana existen hoy centenares de clínicas que ofrecen estos tratamientos para diversos padecimientos que van desde la artritis reumatoide, la enfermedad de Parkinson, trastornos oculares degenerativos, hasta problemas pulmonares para los que no existen otras alternativas terapéuticas.
Los tratamientos se ofrecen abiertamente a pesar de que no hay evidencia científica suficiente que demuestre sin lugar a dudas su utilidad y tampoco una evaluación completa de los riesgos intrínsecos.
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Las personas que ahora enfermaron estaban recibiendo tratamientos para diversas formas de artritis y recibieron las dosis de “células madre” inyectadas directamente en las articulaciones afectadas e incluso algún paciente en la columna vertebral; después de lo cual desarrollaron infecciones articulares e incluso lo que llamamos septicemia, que significa la circulación de las bacterias por el torrente sanguíneo.
Uno de los enfermos pasó 58 días hospitalizado y los demás períodos de 12 a 35 días para poder controlar los cuadros infecciosos.
De acuerdo a la información de www.excelsior.com.m, al examinar otros depósitos no abiertos de la misma empresa, se encontraron bacterias similares a las causantes de las infecciones en los enfermos; lo que plantea prácticamente una prueba plena respecto del origen de las infecciones.
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Por supuesto, será necesario documentar las prácticas para la conservación de las muestras en el caso de esa empresa, pero, obviamente, las terapias que se ofrecen en el mercado abierto en aquel país, así como en el nuestro, carecen de la documentación exhaustiva de ventajas, desventajas y riesgos de los procedimientos.
Una pequeña muestra de la urgencia que tenemos como sistema sanitario mexicano para controlar la industria y ponderar muy cuidadosamente lo que estamos haciendo en ese campo.
En México existen ya también muchas empresas (algunas transnacionales) dedicadas a la conservación de sangre del cordón umbilical; incluso el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea cuenta con un número limitado de unidades bajo su resguardo, pero se requiere de la articulación de una política pública muy cuidadosa que nos permita tanto la vigilancia de los procedimientos en el ámbito privado, como la articulación de protocolos formales de investigación clínica que les otorgue su valor como tratamiento, que seguramente será mucho menor del que pretende la publicidad.
