El aparato, que ya funciona en el hospital Vall d’Hebron, reduce los tiempos de la radioterapia y aumenta su eficacia.
Se trata del acelerador de radioterapia Halcyon instalado en el hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona, España, el más innovador en tratamientos de cáncer.
Es capaz de reducir el tiempo de radiación y aplicar dosis bajas en tejidos sanos para reducir los efectos secundarios en los pacientes.
Es el primer equipo instalado en Vall d’Hebron gracias a la Fundación Amancio Ortega, que ha donado siete millones de euros para la compra de tres equipos punteros en la lucha contra el cáncer, el cual empezó a utilizarse la semana pasada con tratamientos de alta precisión, de una forma muy rápida y segura y con una alta calidad de imagen.
Los doctores Jordi Giralt y Mercè Beltran, jefes del Servicio de Oncología Radioterápica y del Servicio de Física y Protección Radiológica, respectivamente, explicaron que el acelerador es el más moderno en su campo ya que distribuye las dosis de radiación idóneas para los tratamientos de radioterapia de intensidad moderada (IMRT) y arcoterapia volumétrica de intensidad modulada (VMAT).
«Con esta máquina podemos administrar altas dosis de radiación en los tumores aplicando niveles bajos de dosis en los tejidos sanos, lo que reduce los efectos secundarios del tratamiento», dijo Beltran.
Francisco Rubio, que padece cáncer de próstata, ha sido de los primeros pacientes en ser tratado con la nueva tecnología instalada en Vall d’Hebron y dijo tras su sesión de radioterapia, que «es cómoda, rápida y solo tardo ocho minutos», a diferencia de los 25 minutos que tardaba en recibir el tratamiento su mujer, que también estuvo enferma de cáncer.
Una novedad de este nuevo acelerador de radioterapia es que incluye un sistema de control de imagen obligatorio, ya que cada día toma una imagen del paciente colocado en la mesa de tratamiento antes de administrar la dosis de radiación.
«En pocos segundos, Halcyon compara la imagen del tratamiento planificado con la imagen real del día y aplica automáticamente los desplazamientos necesarios para que el paciente reciba la radioterapia en el lugar calculado», ha precisado la doctora Beltran.
Unas 450 personas enfermas de cáncer al año se podrán tratar con el nuevo acelerador en Vall d’Hebron, que se dedicará a pacientes con tumores en la zona pélvica, como de próstata y los ginecológicos, además de cánceres de pulmón.
La sala o búnker, como la llaman las personas que trabajan en ella, en la que está instalada la nueva tecnología ha sido adaptada especialmente y se han hecho, además, dos falsas ventanas de techo que simulan un cielo con nubes, si el tratamiento se recibe por la mañana, o con estrellas, si es de noche, para evitar la sensación de claustrofobia que puede causar estar en ese lugar, ha explicado la doctora Beltran.
Vall d’Hebron incorporará antes de final de año dos máquinas más gracias a la donación de la Fundación Amancio Ortega, una para tratar tumores infantiles con una máxima precisión y otra para el cáncer de mama.