Preocupación por cantidad de médicos con el síndrome de Burnout

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La gran cantidad de médicos afectados por el síndrome de Burnout (SB), llama la atención en el sector salud, expresó la doctora Mery Hernández.

La primera vicepresidenta del Colegio Médico Dominicano (CMD), expresó que se trata de una respuesta del organismo a las presiones prolongadas que provocan factores estresantes, emocionales e interpersonales relacionados con el trabajo.

La especialista en pediatría, explicó que es un proceso más que un estado y se manifiesta por agotamiento físico, emocional o mental, sensación de fracaso y baja autoestima.

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Dijo que afecta negativamente la resistencia del trabajador y lo hace más susceptible al desgaste por empatía, por lo cual sus víctimas muestran una pérdida paulatina del interés en las tareas, el sentido de responsabilidad y son proclives a depresiones profundas.

Ponderó la necesidad de cambiar esta situación, ya que el agotamiento emocional que agobia a los médicos (debido a largas jornadas laborales y muchas veces en condiciones inadecuadas, elevada exigencia académica y emocional) son variables asociadas con una mayor tasa de error, ausentismo y menor productividad y efectividad, disminuye considerablemente su capacidad de brindar salud a los demás.

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La doctora Hernández explicó que el SB tiene repercusiones de índole individual (en lo organizacional y social), afecta más a quienes desempeñan puestos relacionados con atención a terceros (médicos, enfermeras, periodistas, maestros, militares, controladores aéreos, etc.) y más que una condición es un proceso que incluye exposición gradual al desgaste laboral.

También señala la profesional de la salud y sindicalista que los factores desencadenantes o estresores laborales relacionados con el SB se pueden organizar en cuatro categorías:

Ambiente físico de trabajo y contenido del puesto (ruido, iluminación, temperatura, higiene, toxicidad, disponibilidad de espacio, sobrecarga y turnos rotativos),

Estrés por desempeño de funciones, relaciones interpersonales y desarrollo de la carrera (ambigüedad y conflicto de roles, interacción con jefes, compañeros y subordinados, falta de cohesión del grupo, desarrollo profesional).

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Estresores interconectados con nuevas tecnologías y otros aspectos organizacionales (cambio en habilidades requeridas, ritmo de trabajo, grado de participación y autonomía, supervisión).

Fuentes extraorganizacionales de estrés laboral: relaciones trabajo y familia, demandas sociales, legales e institucionales, baja retribución económica.

La doctora Hernández destacó que algunos autores sugieren que el Burnout en los médicos se comienza a “cultivar” desde la escuela de medicina y según una investigación llevada a cabo por Dyrbye et al (publicada en el 2010 en JAMA) hasta un 49.6% de los alumnos de esta carrera pueden padecerlo.

Acotó que durante el período julio-diciembre del 2017 se realizó un estudio para determinar los factores de riesgos asociados al SB entre los médicos residentes de ginecoobstetricia y medicina Interna del Hospital Regional Universitario Presidente Estrella Ureña, en Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

Asimismo, refiere una investigación similar que tuvo lugar en el 2016, en el Hospital Alemán Nicaragüense, a fin de establecer la prevalencia del SB entre médicos residentes del último año de ese centro asistencial, la cual arrojó los siguientes resultados: los galenos más afectados estaban en un rango de edad entre 25-35 años (87.2%) y del total de la población estudiada las mujeres constituyen un 58.3%, donde el 75% no tiene hijos y un 50% lo constituyen los solteros.

Narró que en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la ciudad de México (marzo del 2012) se evaluó el estado de salud emocional en médicos residentes de nuevo ingreso a los cursos de posgrado clínico y se comprobó que al iniciar su programa de estudio el 97.7% de estos no padecía depresión; sin embargo, dicho porcentaje cambió de manera brusca antes de concluir el primer año.

También habló de los resultados obtenidos en el Hospital Universitario del Norte, en Colombia, donde se determinó que la incidencia del síndrome de fatiga en el trabajo entre los internos universitarios de medicina asciende a un 91% y citó a un estudio realizado en Canadá, el cual reportó una incidencia del SB hasta en un tercio de los residentes de cualquier especialidad.

Señala aspectos de diverso carácter fueron estudiados como antecedentes del SB para mostrar su capacidad predictora, en tanto que modelos actuales aportan una perspectiva de interacción entre características situacionales (entorno laboral) como desencadenantes y variables personales:

Edad: Aunque parece no influir en la aparición del SB se considera que puede existir un periodo de sensibilización porque hay una etapa durante la cual el profesional se torna especialmente vulnerable a este (los primeros años de carrera profesional) por ser ahí cuando se produce la transición de las expectativas idealistas hacia la práctica cotidiana y si las recompensas personales, profesionales y económicas no son ni las prometidas ni las esperadas puede desencadenarse dicho proceso.

Sexo: Según estudios, las mujeres son el grupo más vulnerable, quizá por razones diferentes, como podrían ser la doble carga de trabajo que conlleva la práctica profesional, los factores culturales donde a éstas les toca asumir gran múltiples tareas y responsabilidades familiares adicionales a las laborales, por causas culturales y biológicas y porque suelen ser más perfeccionistas, responsables y altruistas.

Estado civil: Aunque se ha asociado el SB más con las personas sin pareja estable, tampoco hay un acuerdo unánime; pero parece que los solteros tienen mayor cansancio emocional, menor realización personal y mayor despersonalización que aquellos que están casados o conviven con parejas estables.

Hijos: La existencia de hijos hace que las personas puedan resultar más resistentes al síndrome, debido a la tendencia generalmente encontrada en los padres a ser más maduros y estables y porque la implicación con la familia y los vástagos los dota de mayor capacidad para afrontar problemas personales y conflictos emocionales y ser más realistas con la ayuda del apoyo familiar.

Antigüedad laboral: Tampoco existe un acuerdo. Algunos autores encuentran una relación positiva con el síndrome manifestado en dos periodos, correspondientes a los dos primeros años de carrera profesional y los mayores de 10 años de experiencia, como los momentos en los que se produce un menor nivel de asociación con el síndrome, durante una entrevista con https://diariosocialrd.com.

Sobrecarga de trabajo: El exceso de trabajo puede provocar una disminución de la calidad de los servicios ofrecidos por los trabajadores, tanto cualitativa como cuantitativamente. El problema comienza con jornadas laborales muy extensas o la diferencia entre la realidad que presenta la profesión.

En cuanto a la progresiva pérdida del idealismo y de la energía que experimentan muchos profesionales de la salud son el resultado de las condiciones en que trabajan y si bien, inicialmente, los procesos de adaptación protegen al individuo, al final su repetición los agobia y los agota, lo que trae consigo sentimientos de frustración y fracaso y lesionan la salud de los profesionales encargados de cuidar la de los demás.

La doctora Hernández deploró las circunstancias inadecuadas en que laboran los médicos y el personal de salud de la República Dominicana, ya que deben cumplir excesivas demandas físicas y emocionales, por lo cual terminan extenuados y esta realidad se expresa con la dificultad para levantarse por la mañana, cansancio patológico; distanciamiento, irritabilidad, cinismo, aburrimiento, incompetencia, culpa y autovaloración negativa.

Concluye diciendo que las políticas encaminadas a procurar el bienestar del médico y de todos los profesionales de esa área deben ser una alta prioridad para el Estado, porque el agotamiento excesivo los afecta tanto en el plano psicológico como físico, los lleva a la despersonalización y los convierte en víctimas de situaciones extremas asociadas al estrés y a las depresiones, lo que de manera directa e indirecta afecta a los pacientes.