Si bien los jóvenes entre 10 y 24 años representan una cuarta parte de la población del Caribe, continúan experimentando barreras desproporcionadas a la hora de acceder a información y servicios de salud de calidad que respondan a sus necesidades.
Este tema fue uno de los puntos principales de la agenda en el Primer Congreso del Caribe sobre Salud de Adolescentes y Jóvenes, que tuvo lugar en octubre pasado en Puerto España, Trinidad y Tobago.
La función es promover la salud y el bienestar de los adolescentes y jóvenes en el Caribe.
Durante el encuentro, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, destacó una serie de acciones que se pueden tomar para abordar las necesidades de este grupo y garantizar que vivan vidas felices, saludables y prósperas.
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Además de las barreras que aseguran el acceso a servicios de salud de calidad para los jóvenes, existen otras disparidades que también tienen un impacto negativo en los resultados de salud para los jóvenes. Estas incluyen la carga desproporcionada de la pobreza, el subempleo y el desempleo, así como los bajos resultados educativos, entre otros factores.
En el Caribe, estos factores contribuyen a más de 2.000 muertes prevenibles entre los jóvenes cada año. Para Etienne, si bien aún queda un largo camino por recorrer para lograr la equidad y la salud universal para los adolescentes, los jóvenes siguen siendo impulsores clave del cambio y la salud y la salud universal para todos deben incluir a los adolescentes y los jóvenes.
Durante el congreso, se discutieron una variedad de factores de riesgo, incluido el alcoholismo temprano; el consumo frecuente de comida rápida y bebidas azucaradas; la obesidad; el embarazo adolescente; y la falta de acceso a la educación, que es uno de los determinantes clave de la salud de los adolescentes y jóvenes.
Para abordar estos problemas y mejorar los resultados de salud de los adolescentes, la Directora de la OPS propuso las siguientes recomendaciones:
Liderazgo político transformador para desarrollar la capacidad de los jóvenes para tomar decisiones informadas y positivas; poner en práctica la evidencia implementando lo que sabemos que funciona y garantizar el monitoreo y la evaluación; innovación, aprovechando el poder de la tecnología de la información para el bienestar de los jóvenes; involucrar a los jóvenes. «Nada sobre nosotros sin nosotros». Los jóvenes deben ser participantes activos en la formación de sociedades prósperas.
Fuente: Organización Panamericana de la Salud