Doctor Joaquín Heredia Mota

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Santo Domingo.- En el siguiente artículo, el doctor Herbert Stern, oftalmólogo e investigador narra la vida de uno de sus colegas.

Esta biografía forma parte de los trabajos presentados al doctor Heriberto Pieter en los años 1942 y 1943.

Esta biografía en particular está escrita por el entonces bachiller Héctor Purcell, y es el relato de un médico que ejerció en la ciudad capital en unos años en que había muy pocos médicos.

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Nació en Santo Domingo en 1852. Como muchas familias que emigraron de Santo Domingo huyendo al vandalismo de las invasiones haitianas y a sus depredaciones, también emigró a Cuba la familia Heredia Mota cuando Joaquín era aún un niño.

Allí en La Habana pasó varios años, y luego se trasladó a Madrid a cursar estudios.

De España regresó a La Habana a la edad de 22 años, recién graduado en la Universidad de Madrid, con el título de licenciado en medicina, médico cirujano, firmando el título como rector de la Universidad don Vicente de la Fuente.

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Su graduación se efectuó en fecha 6 de Octubre de 1874; vivía España para ese entonces una de sus más agitadas épocas, la de la segunda guerra Carlista, provocada por el ascenso al trono de Amadeo I; y al título le fue expedido en fecha 1º de julio de 1875, es decir, nueve meses más tarde; según se nos dijo era costumbre en España internar a los recién graduados en los hospitales del Estado para que hicieran práctica médica i luego se les expedía el título.

En La Habana ejerció su profesión durante algún tiempo; desconocemos el éxito que tuviera en su actuación profesional en ese lapso.

Hacia 1875 regresó a Santo Domingo. Diestro jinete, se le veía siempre, confundido con su cabalgadura, caracolear ante las rejas de su amada Eloísa, su futura esposa. Residía ésta en la casa en que se encuentra actualmente instalado el Banco de Reservas de la República.

Parece que aquí ejerció también durante algún tiempo, probablemente del año 1878 al 1887, fecha de su muerte.

Esto nos lo dice su hijo, pero no hemos podido encontrar un solo documento que nos indique que estaba autorizado a ejercer en el territorio dominicano.

En los archivos de la Universidad hemos hurgado hasta lo último buscando la fecha de su reválida o siquiera ver su nombre inscrito en alguno de los libros del archivo de nuestra Alma Mater i todo ha sido en vano.

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Lo mismo podemos decir del Archivo General de la Nación. Lo probable es que viniera de paseo a Santo Domingo y que aquí se dedicase más a los negocios que a su profesión.

No sabemos tampoco si para esa fecha ya se exigía aquí a los graduados de otras Universidades, la revalidación de sus títulos.

Era el doctor Joaquín Heredia Mota al parecer, gente acomodada, pues sólo así se explica que pudiera fomentar dos Ingenios de caña de azúcar para esa época: “La Rubia” en el kilómetro 9 de la Carretera Mella y “La Constancia” en las inmediaciones de San José de Ocoa.

Algún tiempo después, circunstancias adversas, como la baja de precio del azúcar, le obligaron a vender estos Ingenios y a dedicarse otra vez a su profesión.

En ese entonces tenía su hogar establecido en la casa donde funciona actualmente el colegio de monjas “Serafín de Asís”. No desempeñó ningún cargo en la administración pública.

Así vivía feliz en unión de su familia, hasta que un día aciago cayó fulminado para siempre en el año 1887, a la edad de 34 años, el doctor Joaquín Heredia Mota, víctima una más del terrible flagelo de la peste blanca; sus restos mortales fueron depositados en la Iglesia de Regina Angelorum donde aún reposan en su sueño eterno.

Por el doctor Herbert Stern

resumendesalud@gmail.com