Medicina y médicos en abril de 1965 (I)

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En el siguiente artículo el doctor Herbert Stern, especialista en oftalmología e historia de la medicina dominicana, habla sobre los médicos de 1965. 

Hemos recibido de parte del doctor Manuel Felipe Pimentel Hernández, ( Thimo) unos relatos sobre el papel de los médicos durante la revolución de abril de 1965.

Este relato que compartimos es extraordinario por ser Thimo testigo de primera fila de muchos de esos acontecimientos.

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Hemos escuchado muchas historias y relatos de médicos en esos años. Desde el inicio del enfrentamiento estuvo claro para los militares de la zona constitucionalista, de la necesidad de “comida y salud” como elementos imprescindibles para sostener un combate.

A continuación lo escrito por Thimo Pimentel:

“A poco surgió un Comando Médico, idea del joven estudiante de medicina Tomás Llibre, miembro del 14 de Junio, mientras la cantidad de heridos y la gravedad de los casos aumentaba con los enfrentamientos».

El Comando Médico estaba formado por importantes profesionales de la medicina y estudiantes universitarios, y trabajaba (a partir de los ataques estadounidenses del 15 y el 16 de junio) bajo la coordinación de un cirujano de 27 años llamado Eduardo Segura Almonte.

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El Comando tenía dispensarios médicos y clínicas populares en diferentes zonas de Santo Domingo, y funcionaba con camillas, equipos y medicamentos despachados por el personal que controlaba las aduanas, con el permiso del Gobierno constitucionalista.

Además, contaba con todos los recursos y personal del banco de sangre de la ciudad capital. Cada uno de los miembros recibió formación de defensa y ataque en la Academia Militar 24 de Abril, y portaba un distintivo diseñado especialmente para la unidad.

Muchos dudaban entre usar sus armas…el bisturí o la pistola para su rol en la afrenta de la intervención extranjera. 

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La dirección del equipo de asistencia se encontraba en la calle José Gabriel García esquina La Estrelleta, y administraba los recursos y el personal de la clínica privada Cruz Peña, tomada a la fuerza para ponerla a disposición de los militares y civiles que luchaban por el retorno del presidente Juan Bosch y el orden democrático.

Al comienzo de los sucesos revolucionarios, perdieron la vida el coronel médico Domingo Gaillard, el también militar médico, teniente Cádiz Alonzo, y Octavio Aurelio Rosario García quien dirigía un grupo en arriesgadas labores de Cruz Roja en la zona Norte auxiliando heridos y recogiendo muerto.

En una última entrevista que hice a mi particular amigo Manuel Ramón Montes Arache, el me habló muy bien de ese muchacho Tomás Llibre que formó el comando, de Eduardo Segura, y de otros médicos entre los que citaba a los doctores Abel González, quien ofrecía su centro médico como hospital de guerra como lo fué también el hospital Padre Billini, Simón Hoffiz Fuentes, (EN) Doctor Manuel Vincitore Giannone (EN) Dr Amiama Castillo), Dra. Mercedes Lachapelle Diaz. 

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No será bueno olvidar que en estos conflictos armados existen siempre “héroes en silencio”, de esos que no buscan notoriedad, ni pasan factura, pero que jamás debemos olvidar Uno de ellos era un médico asimilado militar, educado y formado en Francia, dermatólogo, Duartiano y humanista de nombre Víctor Manuel Soñé Uribe, quien de tanto en cuanto pasaba a la zona a clasificar y traducir la literatura médica en francés que llegaba en donaciones de medicamentos desde Francia.

A pie con pasos lentos y decididos hacía su labor, visitaba a sus familiares en la zona rebelde para regresar antes del toque de queda en un periplo de unos 15 a 16 kilómetros en cada jornada. 

Por el doctor Herbert Stern

resumendesalud@gmail.com