Santo Domingo.- Un trabajo publicado por la BBC Mundo da a conocer el auge que en redes sociales han tenido medicamentos no comprobados científicamente para tratar el COVID-19, que están siendo promovidos en América Latina, incluso por mandatarios de algunos países.
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Les dejamos la publicación de la BBC Mundo.
Un video del mandatario brasileño tomando hidroxicloroquina como tratamiento para el nuevo coronavirus ha registrado seis millones de visitas en Facebook.
Ya antes la BBC indagó en los riesgos de este fármaco contra la malaria y el lupus que algunos usan contra la covid-19 y la falta de pruebas de su efectividad en el tratamiento de pacientes.
Aunque en el video Bolsonaro admitía que la droga no había sido probada científicamente, dijo que «con toda certeza» le estaba funcionando y que se sentía mejor.
Este medicamento recibió atención mundial cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lo tomó por un tiempo.
Su administración además le dio visto bueno como medida preventiva y tratamiento para la enfermedad.
Esta semana, Facebook eliminó lo que describió como una red de cuentas falsas vinculadas a empleados del gobierno del presidente Bolsonaro, así como a los hijos del presidente, Eduardo y Flávio. Estas cuentas habían promovido noticias engañosas y falsas sobre el coronavirus.
Sérgio Lüdtke, editor de Comprova, un proyecto brasileño de verificación de noticias, explica que los partidarios del presidente Bolsonaro defienden ciegamente algunos temas en internet entre los que se incluye la defensa de la efectividad de medicamentos no probados, como la hidroxicloroquina.
Comprova ha estado verificando noticias sobre la pandemia que han sido ampliamente compartidas en las redes sociales y aplicaciones de mensajería en los últimos tiempos.
Desde finales de marzo, cuatro de cada diez de estos controles estaban relacionados de alguna manera con tratamientos farmacológicos no probados.
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A fines de junio, una publicación de Facebook afirmó que «el Ministerio de Salud de Bolivia aprobó el uso de dióxido de cloro».
La publicación se ha compartido miles de veces no solo en Bolivia sino en toda América Latina.
Pero el mensaje es falso y el gobierno boliviano ha tenido que negarlo oficialmente.
El MMS lleva años publicitándose como un remedio para muchas afecciones y enfermedades que van desde malaria, a la diabetes y asma, el autismo o incluso el cáncer.
Sin embargo, no hay pruebas de su eficacia y las autoridades sanitarias en varios países dicen que su uso es potencialmente dañino para la salud de las personas.
La BBC encontró grupos de Facebook creados en los últimos dos o tres meses en Perú, Bolivia, Colombia y Argentina, con miles de seguidores que promocionan o incluso afirman vender MMS.
Las autoridades regionales han visto un número cada vez mayor de intoxicaciones debido al uso indebido de productos químicos utilizados como desinfectantes, dice la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En América Latina ha aumentado el interés por un medicamento llamado ivermectina.
Pese a que está aprobado para el uso contra gusanos parásitos, se oye cada vez más como medicina para tratar o prevenir el coronavirus y de nuevo, no hay evidencias de su efectividad.
Un video publicado por una cuenta boliviana con la etiqueta «Ivermectina puede salvarlo de Covid-19» en el que aparece un pastor mexicano, se ha compartido 285.000 veces y continúa circulando en Facebook.
Junto con muchos otros medicamentos, varios ensayos clínicos analizan si la ivermectina podría servir para luchar contra el covid-19.
Pero la OPS ha dicho que hasta el momento los estudios «tenían un alto riesgo de sesgo, muy poca certeza de la evidencia y que las pruebas existentes son insuficientes para llegar a una conclusión sobre los beneficios y los daños».
No hay pruebas científicas de que la ivermectina pueda frenar o curar el coronavirus.
La ivermectina «se está utilizando incorrectamente para el tratamiento del nuevo coronavirus», dice la OPS, «sin que haya ninguna evidencia científica de su eficacia y seguridad para el tratamiento de esta enfermedad».
A pesar de esto, las autoridades sanitarias en Perú, Bolivia y partes de Brasil han respaldado y administrado el medicamento, y se ha vendido ampliamente.