Santo Domingo.- Sin dudas el coronavirus trajo muchos retos y desafíos en los diferentes segmentos de la población, especialmente en aquellos que buscaban seguir sus actividades ante la imposición de la nueva realidad de distanciamiento físico.
Es por ello que muchos profesionales reaccionamos a tiempo y encontramos refugio en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y las ventajas que ofrece, a través de sus diferentes aplicaciones.
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En el caso del periodismo y en muchas otras profesiones las TIC se convirtió en la mejor aliada para compartir información, bajar peso a los datos alarmistas o erróneos y reforzar aquellos de carácter científico.
Los periodistas que tenemos la responsabilidad de buscar, procesar, producir, analizar, decodificar y transmitir informaciones recurrimos a las TIC para continuar el deber.
Sin embargo, como en todos los procesos de cambio, para unos, los más modernos o conocedores de las herramientas digitales, la situación fue muy difícil, pero para otros, fue un verdadero reto que con mucha responsabilidad asumimos.
Los primeros días de encierro o confinamiento fueron sin dudas, días de aprendizajes, en mi caso particular, especialmente al principio de la pandemia, cuando prácticamente, sólo se hablaba del virus como el fin del mundo y la mayor cantidad de informaciones venían de quienes menos sabían del tema, opte por crear una carpeta de contactos para buscar la opinión de especialistas en diversas áreas de la salud y de esa forma llevar un poco de luz ante tanta oscuridad e incertidumbre.
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Para ello, contacté infectólogos, epidemiólogos, alergólogos, neumólogos, cardiólogos, diabetólogos, salubristas y otros. Realizamos entrevistas, reportajes y artículos para orientar a las personas con algunas condiciones, sobre su comportamiento y riesgos frente al virus.
Además, de forma remota di seguimiento a las actualizaciones “talleres, seminarios y paneles” que desarrollaban las diversas sociedades médicas especializadas para orientar a sus agremiados sobre el manejo de la enfermedad y la forma de protegerse.
De igual forma, me auxilie de las diversas plataformas disponibles en la Web como las de reuniones virtuales, grupos de WhatsApp, donde se distribuía la agenda del día, notas de prensa sobre temas variados y demás para continuar la labor diaria.
Cabe destacar que la pandemia dio la oportunidad a las TIC de convertirse en la verdadera protagonista para diversas actividades.
A través de las tecnologías se crearon nuevas páginas web, tableros de información, aplicaciones móviles, redes sociales, campus virtuales, servicio web de mensajes, foros y otros canales de información compartimiento de datos. Aunque cabe resaltar que muchos más que llevar información o datos sobre apegados a la realidad de la situación, optaron por alarmar.
De igual forma, la crisis del Covid-19 dejó en claro el poder de conexión de las redes sociales con las comunidades, por lo que muchos medios de comunicación digitales y usuarios independientes, aprovecharon para ofrecer y obtener las informaciones necesarias para hacer frente a la situación.
Y es aquí donde, pudimos apreciar las ventajas y oportunidades que tenías en las TIC y su robusta estructura de plataformas digitales para buscar la forma de hacer llegar informaciones de valor, especialmente en un principio, donde todo parecía una pesadilla.
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Lamentablemente, hay que destacar que muchos no tuvieron la paciencia y la fuerza de voluntad para echar a andar actividades laborales en medio de la crisis y decidieron hacer una pausa.
A mi entender, la aplicación, de forma más activa de las Tecnología de la Información y la Comunicación en las actividades diarias se veía venir, y sin dudas la pandemia sólo adelantó ese proceso, que vino para quedarse y que de alguna manera facilita muchos procedimientos, que antes requerían una enorme planificación y logística como por ejemplo la participación de una persona en algún seminario o conferencia.
Está demostrado que la tecnología garantiza nuevas oportunidades para la participación de todos de forma más activa en diferentes escenarios.
Por Gabriela Mora
