Londrés.- La remisión de un tumor pulmonar en una paciente de 80 años que consumía diariamente aceite de cannabidiol, ha puesto a los médicos de un hospital del Reino Unido tras la pista de los potenciales efectos terapeúticos del CBD en el tratamiento del cáncer.
Debido a esto, los investigadores se encuentran en análisis de esta sustancia.
Una reciente investigación publicada por un equipo de médicos del Hospital General de Watford, en Reino Unido, bajo el título Lung cancer patient who had declined conventional cancer treatment: could the self-administration of ‘CBD oil’ be contributing to the observed tumour regression?, acaba de concluir que el cannabidiol o CBD -un componente no psicoactivo de la planta de la marihuana- podría tener efectos potencialmente beneficiosos en el tratamiento del cáncer de pulmón.
Los autores llegaron a esta conclusión tras el estudio, detallado en la publicación, del caso de una mujer de unos 80 años diagnosticada con cáncer de pulmón.
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La paciente contaba, además, con principios de enfermedad pulmonar obstructiva crónica -EPOC- osteoartritis e hipertensión arterial, por lo que estaba tomando varios medicamentos.
Actualmente, se reconocen tres tipos generales de cannabinoides: los fitocannabinoides, o cannabinoides a secas, sintetizados naturalmente por la planta de cannabis; los cannabinoides endógenos, o endocannabinoides, producidos por organismos animales y el cuerpo humano; y los cannabinoides sintéticos, compuestos similares generados en laboratorio.
Respecto a los segundos, el sistema endocannabinoide -SEC- es un sistema formado por un grupo de receptores localizados en el cerebro y los sistemas nerviosos central y periférico de los mamíferos que en los últimos años se ha presentado como una diana terapéutica de gran interés en el campo de la fisiología.
Es por ello por lo que, en la actualidad, muchos estudios apuntan hacia la comprensión de la actividad tanto de los endocannabinoides, como de los tratamientos terapéuticos relacionadas con ellos.
El cannabis tiene una larga trayectoria en la medicina moderna, ya que se comenzó a usar alrededor de 1842 por sus efectos analgésicos, sedantes, antiinflamatorios, antiespasmódicos y anticonvulsivos.
«Se cree ampliamente que los cannabinoides pueden ayudar a las personas con dolor crónico, ansiedad y trastornos del sueño; también se utilizan en cuidados paliativos», añaden los autores, quienes, no obstante, no dudan en afirmar que «sería muy anticipado sacar conclusiones». “Aún se necesita más investigación para identificar el mecanismo de acción real, las vías de administración, las dosis seguras, sus efectos sobre los diferentes tipos de cáncer y cualquier posible efecto secundario adverso del uso de cannabinoides”, informan los investigadores.