Santo Domingo.- Este lunes 14 de febrero no solo se celebra el Día del Amor y la Amistad, sino que a nivel mundial se dedica a una seria patología, que por años ha llevado preocupación y luto a muchas familias.
Se trata de la cardiopatía congénita, padecimiento o trastorno, en el que el corazón sufre un desarrollo anormal, que normalmente ocurre antes del nacimiento.
Muchos de los bebés que lo padecen, mueren por esta causa. Es por ello que, desde 1999 se realizan esfuerzos para la sensibilización y prevención de esta enfermedad. La iniciativa está orientada a que los pacientes puedan recibir el debido tratamiento para garantizarles una mejor calidad de vida.
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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cardiopatía congénita es la anomalía congénita más común y sus defectos se hallan presentes al nacimiento, pero pueden ser descubiertos en etapas posteriores de la vida.
Los niños que nacen con esta condición, que en República Dominicana son unos mil 500 anualmente, requieren ser sometidos a una cirugía en edad temprana, en la mayoría de los casos y luego a un tratamiento.
De acuerdo con el cardiólogo pediatra, Juan Ramírez, el 30 por ciento de las cardiopatías congénitas se detecta de forma tardía, por lo que el 90 por ciento de los niños mueren en el primer año de vida.
Mientras que, unos 500 de esos infantes llegan a estados gravedad porque nacen en centros donde no hay cuidados especializados.
En tal sentido, el director de Hemodinamia del Centro Especializado Corazones del Cibao, afirma que el diagnóstico prenatal es vital para saber en qué condición nacerá el niño y programar su llegada al mundo en centros especializados y en manos de médicos especialistas en el tema.
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Aclara que detectar la condición de salud durante el embarazo tiene una serie de ventajas que pueden, incluso, establecer la diferencia entre cuántos niños con esta patología van a vivir y cuántos no.
La detección temprana de la patología orienta al equipo médico sobre cuáles decisiones tomar para anteceder las posibles complicaciones, ya que cuando se evidencian síntomas antes de las 48 horas, es determinante que se atienda para evitar complicaciones, agrega.
Las principales manifestaciones clínicas son, según el experto, tos, cianosis, insuficiencia cardíaca, edema pulmonar, pulso alterado, soplos, shock cardiogénico, cardiomegalias o siluetas cardiaca atípicas.
Los síntomas secundarios son taquipnea, cansancio al alimentarse, cambios de coloración de la piel, irritabilidad, sudoración excesiva, poca ganancia de peso, hipoactividad, excesivo o ausencia de sueño.
De igual forma, el doctor César Herrera, director del Centro de Cardiología de Cedimat, asegura que en los casos de mujeres embarazas con enfermedad congénita no tratada van a presentar abortos espontáneos en un 15 -20 por ciento.
Asimismo, advierte que el 30 a 40 por ciento de los hijos de estas pacientes pueden nacer con déficit de peso o crecimiento atrasado. El 25 por ciento de los partos pueden ser prematuros y un cinco por ciento pueden fallecer antes del nacimiento. El 50 por ciento heredad la enfermedad.
Aclara que, en países como República Dominicana, muchas veces por la falta de acceso a la atención médica, el desconocimiento o una combinación de factores, la mujer crece y nunca se da cuente ni se detecta que tiene una cardiopatía congénita hasta que llega a embarazarse.
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Afirmó que la enfermedad no tratada representa un alto riesgo para la criatura y para la madre.
Recordó que estas patologías llevan tratamientos de por vida, muchas veces medicamentos y otras con marcapasos, procedimientos mínimamente invasivos, prótesis, balones y cosas así.
En torno al tema, la doctora Janet Toribio, cardióloga pediatra, afirma que en República Dominicana hay la posibilidad de resolver esos problemas “tenemos un centro de atención en el Centro Cardiovascular de Cedimat que recibe esos niños y los opera desde la etapa de recién nacidos”.
Ponderó que, dependiendo de la cardiopatía se puede presentar obstrucción del lado izquierdo (que el corazón izquierdo le nació pequeñito y puede morir hasta en la misma sala de parto).
“Otros pueden aguantar hasta el segundo mes, pero deben diagnosticarse antes de ahí porque probablemente a este tiempo puede ser tarde. “Un niño que no se opere a esa edad o fallece o queda con daños muy serios”.
Toribio afirma que actualmente se cuenta con diferentes formas para detectar a tiempo un posible defecto cardíaco, tal es el caso del ecofetal, un examen que se realiza en el vientre materno; otra manera es tratar de identificar la anomalía antes del alta hospitalaria del bebé, siguiendo los protocolos establecidos.
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Mientras que los tratamientos van desde el uso de medicamentos para bajar la presión arterial y controlar la frecuencia cardíaca, dispositivos cardíacos, procedimientos de cateterismo y cirugía.
Algunos pacientes pueden curarse con procedimientos quirúrgicos o por cateterismo, otros pueden, mejorarse y llevar a cabo sus actividades diarias de una manera normal y menos limitada. Sin embargo, los casos más graves pueden requerir un trasplante de corazón.
República Dominicana cuanta con especialistas -cardiólogos pediatras y cirujanos cardiovasculares pediátricos, así como fundaciones no lucrativas como Fundación Latiendo Por Ti y The David Ortiz Children’s Fund.
Actualmente y gracias a los avances tecnológicos y la preparación de especialistas, muchas patologías pueden ser controladas a tiempo.
La detección temprana junto con a los avances en tratamientos han logrado aumentar la sobrevida y la calidad de vida de los pacientes, logrando que un 90% llegue a la edad adulta.
De acuerdo con los expertos, el desarrollo de esta enfermedad puede reducirse con una panificación del embarazo y la consulta preconcepcional de manera de lograr un embarazo en las mejores condiciones.
Además, evitando el consumo de alcohol y drogas durante el embarazo, evitar el consumo de medicamentos no indicados durante el embarazo, realizar el control adecuado del embarazo, con el número de controles indicados, así como, los exámenes solicitados y control adecuado del recién nacido.
Por Gabriela Mora
