España.- La presencia de una hernia de hiato no produce síntomas necesariamente, pero cuando los hay, siempre debido al reflujo gastroesofágico, el paciente puede notar ardor estomacal, dolor abdominal o torácico, afonía e incluso tos crónica.
También puede aparecer una hemorragia digestiva alta con vómitos o deposiciones con heces negras, debido a la esofagitis.
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Javier Moreira, 52 años, empezó a sentir los primeros síntomas hace 12 o 13 años en la garganta, y los describe como una acidez.
Javier es una persona deportista pero en los momentos de gran “comercio y gran bebercio y sobre todo con vino, notaba un malestar superior en la zona de la garganta, que con los años se extendió al estómago en forma de ardor y acidez y sobre todo por la noche”.
A raíz de este malestar más extendido, de “este reflujo”, que también le afectaba a la voz, resolvió acudir al médico, quien tras una gastroscopia, le diagnosticó una hernia de hiato.
Desde los primeros síntomas hasta este diagnóstico habían pasado unos seis años.
Le recetaron un protector gástrico de “por vida” y “es verdad que los síntomas desaparecen”.