El cáncer de próstata es el cáncer no cutáneo más común detectado en los hombres y ocupa el segundo lugar entre las causas principales de muerte masculina relacionada con el cáncer, después del cáncer de pulmón.
Con una prevalencia de 1 de cada 9 hombres que reciben un diagnóstico de cáncer de próstata durante su vida, más de 1,4 millones de hombres son diagnosticados anualmente en todo el mundo.
El curso del tratamiento del cáncer de próstata depende de varios factores, incluida la tasa de crecimiento del cáncer, el grado de propagación, la salud general del paciente y los posibles beneficios o efectos secundarios del tratamiento.
Se pueden recomendar opciones de tratamiento como cirugía o radiación según la evolución de los resultados de las pruebas.
Sin embargo, la radioterapia de próstata a menudo genera un problema preocupante: la toxicidad rectal, consecuencia de la proximidad entre la próstata y el recto.
A pesar de la tecnología avanzada y la planificación precisa, el movimiento de la próstata durante las sesiones expone partes de la pared rectal a altas dosis de radiación, lo que provoca toxicidad rectal o proctitis.
Por lo tanto, existe una gran necesidad de una solución que proteja el recto de los efectos perjudiciales de las altas dosis de radiación.
Ahora, un globo biodegradable reduce drásticamente la posibilidad de toxicidad rectal al proteger los tejidos sanos adyacentes de la radiación dañina, minimizando así los eventos procesales adversos.
El sistema de implante de globo BioProtect Ltd. (Tzur Yigal, Israel) es un globo biodegradable implantable que crea una distancia definida y cerrada para minimizar la exposición a la radiación del recto durante la radioterapia de próstata.
Gracias a su diseño distintivo, el balón de nueva generación logra una separación de hasta 18 mm entre la pared rectal y el área de tratamiento antes de iniciar la radioterapia.
El proceso de implantación implica una técnica de inserción mínimamente invasiva y sin agujas para guiar el balón mediante ultrasonido con anestesia local o general. Una vez colocado entre la próstata y el recto, el balón se llena con solución salina estéril y se coloca para lograr su configuración final bien definida.
Al mantener una separación constante entre la próstata y el recto, el globo permanece visible en diversas modalidades de imágenes, incluidas CT, MRI y ecografía.
Forma una barrera protectora que permite una radioterapia segura.
El globo mantiene su tamaño y forma dentro del cuerpo durante todo el recorrido de la radiación, biodegradándose naturalmente con el tiempo (normalmente dentro de los seis meses posteriores a la implantación), eliminando así la necesidad de un procedimiento de extracción por separado.
El sistema de implante de balón BioProtect ha recibido la autorización de la FDA de EE. UU, destaca https://www.hospimedica.com.
«Creemos que nuestro globo tiene el potencial de revolucionar la protección rectal contra la toxicidad durante la radioterapia del cáncer de próstata», afirmó Itay Barnea, director ejecutivo de BioProtect. «No sólo proporciona una mejor protección a los órganos sanos, sino que también apoya el aumento de dosis y el hipofraccionamiento, que son tendencias principales en la radioterapia del cáncer de próstata».