El, doctor Máximo Pericchi Eusebio, a través de este artículo, propone al Gobierno una forma de aumentar el salario de los médicos sin que se vea alterado el Presupuesto General de la Nación.
Lo dejamos con el texto inédito del cirujano ortopedista y traumatólogo, jefe del Servicio de Traumatología y Ortopedia Pediátrica del hospital universitario “Dr. Darío Contreras”.
Cumplir con los reglamentos del Sistema Familiar de Salud en lo referente a los Capítulos VI y VIII es suficiente para resolver el problema anual de los reclamos salariales del sector salud.
Según los reglamentos, el médico es un Prestador de Servicios de Salud (PSS) al igual como lo es una clínica privada o un hospital público que también son prestadores o proveedores de salud.
Un Prestador o proveedor de salud, como lo son las clínicas y los hospitales, pueden contratar a otros proveedores o prestadores de salud, como son los médicos. Entre la entidad empleadora y el médico debe establecerse bien claro, las características contractuales que debe consignar el porcentaje que le corresponde al contratante y el que le corresponde al contratado del monto obtenido por facturación de honorarios a las ARS y ARL.
Como prestador de servicios de salud, el médico en el hospital solo tendría que facturarle a las ARS y ARL, y al recibir el monto de sus honorarios, le deja el porcentaje establecido en su contrato, al hospital, se le descuenta el impuesto sobre la renta y el resto le corresponde al médico.
El problema radica en la distorsión que hace el Gobierno por medio del Ministerio de Salud, de las normas que rigen el Sistema de Seguridad Nacional de Salud con respecto a los honorarios del servidor médico el cual es reconocido en los reglamentos como un prestador de servicio igual que lo es una clínica o un hospital e igual que lo es el mismo médico en su práctica privada.
En el sistema hospitalario o sistema público de salud, el Ministerio, a través de los directores y administradores de hospitales y policlínicas, usurpan los honorarios que por concepto de procedimientos clínicos y quirúrgicos facturan a las ARS y ARL. Luego enmascaran esta retención, con la otorgación de los llamados “incentivos” cada 4 a 6 meses que no compensan lo que han producido los médicos con su trabajo en ese tiempo. ¿A dónde va a parar el grueso del dinero que se le esquilma a los honorarios de los médicos?
Ahí justamente, es que está el “meollo” del asunto: solo se necesita voluntad política para hacerlo, si el gobierno quiere quitarse de encima la lucha del aumento salarial año tras año, solo tiene que permitir que los médicos y el personal de salud se aumenten ellos mismos su sueldo mensual con la eficiencia de su trabajo, simplemente permitiendo que los médicos le facturen a las ARS como se hace a nivel privado.
El gobierno lo puede hacer de dos formas:
1- A la manera individualista, o 2- A la manera cooperativista.
La manera individualista es como se hace en muchos países del primer mundo, el médico le factura su trabajo a las aseguradoras y del monto total que recibe, le deja un porciento al hospital o policlínico, porcentaje previamente establecido por acuerdo común. Ejemplo: el doctor equis facturó a las distintas ARS/ARL este mes 200 mil pesos, de esos, 20 mil pertenecen al impuesto sobre la renta (10%) que retiene el centro, y si el hospital y el doctor equis acordaron que él debía dejar el 20% de lo que facturara, para el centro, le corresponde entregar a la administración del hospital 40 mil pesos.
Entonces el doctor se llevaría para su casa 140 mil pesos, además de su salario que es de 40 mil pesos. Cuántas veces se aumentó su salario el doctor? Nada más y nada menos que más de un 300%. De esta forma, jamás habrá reclamos salariales de parte de los médicos y el personal de salud.
Qué pasaría con los médicos no cumplidores? Simplemente: o se integran al trabajo o se aíslan ellos mismos y se van, aunque se corre el riesgo de que muchos prefieran seguir recibiendo el sueldito sin hacer nada y dependería de las autoridades de salud o a las de su hospital su cancelación o permisión.
Este sistema crea una competencia por trabajar dentro del centro de salud, pues aquel que más facture será el que más gane y los médicos competirán por trabajar. Esta competencia y los controles de calidad aplicados al trabajo médico, mejorarán considerablemente la calidad de la atención al enfermo y todo el mundo estará conforme.
La manera cooperativista sería la siguiente: todos los médicos de un centro de salud del Estado facturarían a las ARS por medio de su administración, haciendo un gran total, que sería la sumatoria de la facturación individual. A ese monto se le extrae el 10% del impuesto sobre la renta.
El 20% de ese monto total, sería para aumentar el sueldo del personal administrativo, de apoyo y paramédico sin incluir ahí a las enfermeras. Ese 70% restante se divide entre los médicos.
Esta forma tiene sus ventajas, la principal es que los médicos que trabajen y por lo tanto los que facturen, no van a permitir que los vagos o los “come cheques” que trabajan en tres sitios y no cumplen en ninguno, sean beneficiarios de la repartición de los beneficios y funcionarían como supervisores del trabajo que hace todo el personal médico. Se crearían mecanismos y organismos internos para cuantificar y calificar el trabajo de cada cual. De esta forma, serían los propios médicos los que sanearían a sus centros de salud, echando a aquellos que no cumplan.
Ambas propuestas incluyen la medida de congelar los salarios en la cantidad que se perciben en la actualidad y suspender los nombramientos. Deberá permitírsele a los hospitales que contraten al personal que necesiten, ya sean médicos, paramédicos como de apoyo. Se eliminaría así el clientelismo en el sector de la salud, lo que beneficiaría sustancialmente las operaciones internas de los centros de salud, pues en la actualidad, con los cambios de personal cada vez que nombran un nuevo ministro o un nuevo gobierno, se pierden recursos humanos que han sido entrenados para realizar servicios técnicos importantes para el desenvolvimiento de los hospitales.
Propuesta en cuanto a los ingresos de las enfermeras.
El servicio de enfermería en nuestro país todavía está dejando mucho que desear, aunque es indiscutible que se ha avanzado mucho con las escuelas de enfermería existentes en el país, sobre todo la de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Hoy en día, las licenciadas en enfermería constituyen un grupo con gran peso dentro del personal de esta noble profesión, sin embargo, todavía prevalecen las auxiliares y un grupo que no llega a tener esta calificación.
Ya es tiempo de que las enfermeras con título de Licenciadas tengan derecho a reclamar sus honorarios y el Sistema Nacional de salud debe reconocerle este derecho pues es un personal proveedor de salud y deben considerarse prestadores de Servicio de Salud (PSS).
Antes, el médico anestesiólogo y el médico que ayudaba en una cirugía no cobraban sus honorarios y dependían de lo que el cirujano les quisiera dar. Ya, al día de hoy, el anestesiólogo le cobra al paciente o a las ARS el 35% de lo que cobró el cirujano y el ayudante entre un 20 a 25%.
Las enfermeras licenciadas, deben ponerse de acuerdo con las ARS y con Sistema Nacional de Salud sobre el porcentaje que les toca cobrar ya que su servicio es tan vital como el del médico, pues es su complemento y su sostén.
Facturarle a las aseguradoras un 18 a 20% de la tarifa del cirujano no es una cifra descabellada, por el contrario, nos parece bien justa.
La repartición de beneficios se haría de igual manera que los médicos y sus gremios podrían negociar el porcentaje que quedaría para el hospital. Las enfermeras auxiliares se verían aumentado sus salarios con el porcentaje que les quede al hospital del extraído a las enfermeras licenciadas.
Niveles de ingresos más bajos a las enfermeras auxiliares, servirían de estímulo para que las mismas ingresen a las academias certificadas en el país para obtener su licenciatura lo que repercutirá decisivamente en la mejoría de la atención al enfermo y a la excelencia de nuestro sistema de salud.
Sobre las Pensiones de los Médicos.-
Es justo el reclamo que hace el Colegio Médico Dominicano sobre el monto con que se debe pensionar al médico, sin embargo yo propongo lo siguiente:
Si se aplican los reglamentos del Seguro Familiar de Salud, como lo hemos expuesto en líneas anteriores de esta propuesta, el Estado Dominicano se ahorraría mucho dinero al suspender los nombramientos y por años, no tendría que verse avocado a elevar los sueldos del sector salud, entonces, al pensionarse un médico, se le pensionaría con el doble de su salario base.
Con el tiempo, todos los médicos con salario por nombramiento, se pensionarían y en pocos años más, dejarían de existir y en vuelta de 25 años, el Estado Dominicano no tendría que erogar un solo centavo en salarios ni pensiones.
El sistema ilustrado arriba, tanto en la fórmula individualista como en la fórmula cooperativista, obligaría la creación de un fondo de pensiones de los médicos enfermeras y del resto del personal.