Rayos y centellas se produjeron anoche en el acto de exaltación de cinco maestros de la medicina dominicana, la distinción más alta otorgada por el Colegio Médico Dominicano (CMD). Y las palabras de reclamo no llegaron del presidente del gremio, el doctor Waldo Suero.
Extrañamente, el doctor Suero mostró la prudencia de los sabios cortesanos: no dijo ni “jío” de la lucha que encabeza.
En su discurso fue muy institucional. Mencionó la historia del gremio y de las exaltaciones y valoró el trabajo humano que desarrollan los médicos, en un texto leído en el que casi no miró al público y dependió de la hoja que tenía en frente.
Anoche, el tema gremial salió a la luz de las palabras de la secretaria de la Mujer del CMD, doctora Miguelina Pérez, y del miembro de la comisión negociadora en conflicto CMD-Gobierno, doctor Julio Amado Castaños Guzmán.
En presencia de autoridades gubernamentales, negociadores y médicos, la doctora Pérez pidió, en la oración de invocación, que Dios ilumine a las autoridades gubernamentales para que ofrezcan salarios y condiciones justas para los médicos que trabajan en los hospitales.
En tanto que Castaños, quien es presidente del Patronato del Hospital General P laza de Salud y rector de UNIBE, aconsejó a los gremialistas llegar a un entendimiento con las autoridades para producir mejoras en el sector salud.
“Necesitamos salvar escollos, mantener la razón y la cordura y darle espacio al entendimiento y la concertación”, dijo en el pódium, tras recibir ser exaltado como Maestro de la Medicina Dominicana, teniendo a su lado a directivos del CMD, el director nacional de Salud, monseñor Agripino Núñez Collado, el eterno mediador; y sus colegas exaltados.
Los maestros exaltados fueron los doctores Castaños Guzmán, Rubén Darío Pimentel, José Ludovino Sánchez Díaz, Erasmo Vásquez y Heriberto Rodríguez Bonet, distinguido cirujano-pediatra.
El acto fue en la Biblioteca Nacional, de la capital dominicana.