Suecia.- La depresión durante o después de un embarazo podría vincularse con un mayor riesgo de problemas cardiacos en las mujeres décadas más tarde, advierte una investigación reciente.
La llamada depresión «perinatal» se vinculó con unas probabilidades un 36 por ciento más altas de desarrollar enfermedad cardiaca en los próximos 20 años, informó un equipo sueco dirigido por la doctora Emma Bränn, del Instituto Karolinska, en Estocolmo.
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«Sabemos que la depresión perinatal es tanto prevenible como tratable, y para muchas personas es el primer episodio de depresión que han experimentado», dijo Bränn. «Nuestros hallazgos proporcionan más razones para garantizar que la atención materna sea holística, con la misma atención a la salud física y mental».
En el estudio, el equipo de Estocolmo observó los historiales médicos de más de 55,500 mujeres suecas que fueron diagnosticadas con depresión perinatal entre 2001 y 2014, y las comparó con otro grupo de casi 546,000 mujeres suecas que también habían dado a luz durante ese periodo, pero que no fueron diagnosticadas con depresión perinatal.
Cualquier antecedente de depresión en el momento del embarazo se vinculó con mayores probabilidades de enfermedad cardiaca posterior. Aunque un 6.4 por ciento de las mujeres con esos antecedentes desarrollaron problemas cardiacos en 2020, eso fue cierto para apenas un 3.7 por ciento de las mujeres que no habían tenido depresión perinatal, encontró el estudio. Eso equivale a un aumento del 36% en el riesgo relativo.
Se observaron tendencias similares con la hipertensión (un 50 por ciento más de probabilidades entre las mujeres con depresión perinatal) y la insuficiencia cardiaca (un 36 por ciento más de probabilidades).
Los vínculos exactos entre la depresión perinatal y la enfermedad cardíaca siguen sin estar claros. Un subconjunto del estudio, que observó los riesgos de enfermedad cardiaca entre las mujeres con depresión perinatal y sus hermanas no afectadas, encontró unas probabilidades un 20 por ciento más altas de enfermedad cardiaca en las hermanas con antecedentes de depresión perinatal.
«La diferencia ligeramente más baja en el riesgo entre las hermanas sugiere que podría haber factores genéticos o familiares en parte involucrados», anotó Bränn en un comunicado de prensa de la Sociedad Europea de Cardiología (European Society of Cardiology).
«También podría haber otros factores involucrados, como es el caso del vínculo entre otras formas de depresión y enfermedad cardiovascular», añadió. «Estos incluyen alteraciones en el sistema inmunológico, estrés oxidativo y cambios en el estilo de vida implicados en la depresión mayor».
En un editorial acompañante, la doctora Amani Meaidi, de la Sociedad Danesa del Cáncer, anotó que tratar la depresión posparto ahora podría proporcionar una ventaja adicional para el corazón de las mujeres.
«No fue hasta el año pasado, en 2023, que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó el primer tratamiento oral para la depresión posparto, lo que hace que el tratamiento sea mucho más accesible para los millones de mujeres que padecen esta afección», escribió.
Mealdi dijo que «el futuro revelará si la terapia adecuada para la depresión perinatal» termina reduciendo las tasas de enfermedad cardiaca en las mujeres a medida que envejecen.