En los países desarrollados los accidentes cerebro-vasculares constituyen la primera o segunda causa de muerte, y sobre todo es la primera responsable de invalidez permanente en adultos en cualquier latitud.
Hay una tendencia a su incremento en relación con el aumento de la edad y con el envejecimiento de la población, así se dio a conocer en la charla “Derrames cerebrales” impartida por el doctor José Silié, que se efectuó en los salones de la Casa España, y contó con el auspicio del Club 20-40.
Silié agregó que, los “factores de riesgo” son elementos que han sido evaluados en numerosas investigaciones y por lo que podemos hoy día, en la realidad de la medicina basada en evidencias hablar de ellos. Son de dos tipos, los modificables y los no modificables.
“No podemos, por más que queramos modificar la edad, el sexo, la raza, la etnia, la genética, la historia familiar, la homocisteinuria, etcétera, es decir que todo aquel que tiene el compromiso con uno de estos elementos que no podemos cambiar, tiene un “desfavor”, son mecanismos en contra para padecer algún daño cerebral por infarto” explicó.
Dijo que hay factores modificables, que se pueden controlar y cambiar, tales como: el control de la presión arterial es lo primero, el control de la glicemia, el manejo de las cardiopatías con adecuados diagnósticos y siguiendo las recomendaciones médicas.
Resaltó que el manejo de las grasas en sangre, el sobrepeso, el fumar, la ingesta de alcohol, las alteraciones del sueño, la falta de ejercicios, obesidad, estrés, factores adversos para la buena salud.
El neurólogo enfatizó la importancia de evitar que el cerebro como órgano rector se dañe así que poner atención a alteraciones de conciencia, síncopes, vértigos, mareos, trastornos de la visión asociados a alteraciones de conciencia.
También, amnesia, confusión, diplopía o disartria aisladas, actividad motora tónico clónica, déficit motores y/o sensitivos progresivos, signos focales asociados a migraña, incontinencia rectal o urinaria.
Por Mildred Báez
