Los pacientes con artritis reumatoide sufren consecuencias físicas, psicológicas, su productividad se ve afectada por su incapacidad laboral.
Los tratamientos biológicos, particularmente con inhibidores del TNF alfa en la artritis reumatoide, han generado una mejoría sustancial en el control de la enfermedad y la calidad de vida de los pacientes.
El 12 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Artritis, cuyo principal fin es generar una mejor comprensión sobre la enfermedad del sistema inmunológico caracterizada por presentar dolor, deformidad, inflamación y limitación funcional de las articulaciones, especialmente en las pequeñas articulaciones de las manos y con menor frecuencia en los miembros inferiores.
De acuerdo con estimaciones internacionales, se calcula que en Centroamérica y Caribe existen entre 300 mil y 600 mil personas, que padecen la enfermedad. La artritis reumatoide es una de las causas más comunes de discapacidad. Después de 12 años de evolución, el 80% de las personas que la padecen tiene discapacidad parcial y el 16% discapacidad total.
Causas.
Es una enfermedad generalizada, crónica, autoinmune de origen desconocido. De acuerdo con la Revista Reumatología Clínica de la Liga Internacional de Asociaciones de Reumatología en su artículo publicado: “Carga de la enfermedad, artritis reumatoide en América Latina: una perspectiva regional”, se menciona que además de los factores de riesgo, genéticos y ambientales, recientemente se han identificado otros aspectos influyentes en la aparición de la enfermedad, tales como: exposición al tabaco, alcohol, infecciones y obesidad.[1]
El sistema inmunológico es la defensa del cuerpo contra bacterias, virus y otras células o sustancias extrañas. En la artritis reumatoide, el sistema inmunológico ataca a las propias articulaciones y también puede afectar a otros órganos del cuerpo. En esta enfermedad, las células del sistema inmunológico invaden los tejidos de las articulaciones y provocan inflamación. Estas células en el tejido y en el líquido de la articulación producen muchas sustancias, entre las que se incluyen enzimas, anticuerpos y citocinas, que atacan la articulación, destruyen su arquitectura, dando lugar a la deformidad y limitación del movimiento.
Los pacientes con artritis reumatoide ya diagnosticada, no sólo sufren consecuencias físicas, podrían también verse afectados psicológicamente (depresión, desequilibrio emocional, entre otros), reducción en sus ingresos personales y familiares por su incapacidad laboral como en cualquier otra enfermedad. Este proceso crónico conduce a la destrucción progresiva de las articulaciones comprometidas, generando incapacidad funcional, y con el transcurso del tiempo, si no se trata adecuadamente, se puede producir una limitación permanente con el deterioro por consiguiente de la calidad de vida.
Impacto social y económico.
Diversos aspectos se deben considerar en la atención de pacientes con artritis reumatoide, los mismos se pueden clasificar como costos directos e indirectos. Dentro de los costos directos, se encuentran: tratamientos, hospitalización, citas médicas, intervenciones terapéuticas, equipos médicos, fisioterapia, personal médico, entre otros.
Los costos indirectos son difíciles de estimar, ya que resultan de la reducción de la capacidad de generar ingresos o de la disminución en la expectativa de vida. Según el estudio “Evaluación y Seguimiento de Pacientes con Artritis Reumatoide” se estima que la incapacidad para laborar aparece de 5 a 10 años después del inicio de la enfermedad y oscila entre el 43% y 50% en diferentes países[2].
Viviendo con artritis reumatoide.
De acuerdo con el artículo “Carga de la Enfermedad, Artritis Reumatoide en América Latina: Una Perspectiva Regional”, se deben tener presentes cinco aspectos fundamentales para el manejo adecuado de la enfermedad:
Acceso Tratamientos. Los medicamentos antirreumáticos y antiinflamatorios son terapias convencionales para la artritis reumatoide, ayudando al paciente a reducir algunos síntomas.
En los últimos años, los avances de la ciencia han dado paso a los medicamentos biológicos los cuales han significado un avance significativo en el tratamiento de la enfermedad, logrando detener el avance de la misma y alcanzando en muchos casos, la remisión e inactividad de la enfermedad.
Los medicamentos biológicos están indicados para aquellos pacientes en los que la terapia convencional no produce una respuesta adecuada.
Integración social. Contar con el apoyo y respaldo de la familia es parte fundamental de aprender a vivir con la enfermedad. En algunos casos, padecer de una enfermedad crónica no sólo afecta al paciente de manera física sino también psicológica. Se estima que entre un 13 a 20% de los pacientes con AR, pueden sufrir de algún tipo de depresión. [3]
Convertirse en un “experto”. Entender la enfermedad, conocer las opciones terapéuticas y cuidados que se deben tener, se hace imprescindible a través de la relación médico-paciente.
Información de calidad y de primera mano. Disponer de información adecuada, ayuda a los pacientes a tomar decisiones para el adecuado manejo de la enfermedad. La buena comunicación con el médico es fundamental en este proceso.
Asociaciones de Pacientes. Ser parte de estas agrupaciones y conocer las experiencias de otros pacientes establecerá un lazo solidario, el cual será un gran apoyo para vivir con esta enfermedad.
Tratamientos innovadores.
Según la publicación de la Revista Reumatología Clínica, la aparición de agentes anti-TNF y otros tratamientos biológicos, han sido un paso adelante, muy importante, en la búsqueda de un mejor control de la enfermedad y, ciertamente, un mejor pronóstico.
El doctor José Antonio Herrera, gerente médico de Inmunología de Janssen para Centroamérica y Caribe, refiere que “los medicamentos biológicos han demostrado los mejores resultados en el tratamiento de la AR, si se analiza la eficacia y seguridad de los mismos. Dentro de los medicamentos biológicos, el anti TNF sub cutáneo de más alta tecnología está Golimumab.
Representa una terapia biológica de vanguardia, cuya administración es mensual, a diferencia de otros tratamientos que son de uso más frecuente. Otra de sus características muy importante, es que un alto porcentaje de los pacientes que lo reciben, mantienen la eficacia de sus beneficios y así como la seguridad a lo largo del tiempo.
Esto es relevante porque en las enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide, uno de los retos más importantes no sólo es la eficacia del medicamento, sino que la misma se mantenga en el tiempo y el paciente siga con el mismo tratamiento en el largo plazo (persistencia). La persistencia es un resultado global que abarca la eficacia, la seguridad y las preferencias del paciente. Una de las razones de esta eficacia sostenida puede ser el bajo porcentaje de rechazo por parte del organismo contra este medicamento, ello es debido a la tecnología utilizada en su desarrollo”.
Golimumab tiene cualidades, debido a la avanzada tecnología utilizada en su desarrollo, que lo diferencia de otros medicamentos biológicos anti-TNF, ya que neutraliza el TNF, una proteína pro inflamatoria que se produce en exceso en este tipo de enfermedad, y esta neutralización se mantiene en el tiempo. Probablemente esto es el resultado de la alta similitud que este medicamento tiene con las proteínas humanas, lo que hace que la producción de anticuerpos contra el medicamento sea muy bajo, lo que da como resultado mantener la eficacia sostenida a lo largo del tiempo.
A su vez, manifiesta el doctor Herrera, que, en Janssen Inmunología, se realizan diversas investigaciones para tener una comprensión más profunda de las enfermedades inmuno-mediadas y sus desencadenantes.
Conocer los avances en el terreno de biomarcadores, informática e investigación traslacional (se entiende como la aplicación de los conocimientos básicos que se adquieren en el laboratorio de investigación a la práctica clínica), permitirá desarrollar medicamentos de próxima generación, tratamientos más convenientes y efectivos, y con ello lograr intervenir más tempranamente en el curso de la enfermedad.
Reconocer la importancia del manejo adecuado de la artritis reumatoide tiene un impacto significativo en la calidad de vida de las personas que padecen la enfermedad, proveyendo salud a la población a través de la atención clínica y terapias eficaces y seguras, siempre en beneficio de los pacientes.