Santo Domingo- El incremento de la prevalencia de la obesidad en países desarrollados y en vías de desarrollo ha obligado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a advertir que se trata de la epidemia del siglo XXI.
Es por esto que ha comenzado a verse como un problema para la salud pública con un fuerte gasto económico, y ha dejado de ser una condición estética, para convertirse en un factor de riesgo para la salud.
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En ciertas ocasiones no se puede hacer frente a esta enfermedad con tratamientos convencionales y se debe recurrir a técnicas más invasivas como las cirugías bariátricas y técnicas innovadoras para revertir este cuadro y mejorar la calidad de vida de las personas.
En tal sentido, la doctora Evelin Mena Toribio, médico internista y hematóloga de adultos, explica que los procedimientos invasivos para la obesidad (cirugía bariátrica, gastrectomía vertical, bypass gástrico, balón gástrico, gastroplastías), cada vez son más utilizados para el tratamiento de la obesidad con presencia de enfermedades asociadas, generan deficiencias nutricionales que deben considerarse de antemano y, por lo tanto, ser tratadas y no obviadas.
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Destacó que la administración a ciegas de suplementos nutricionales conlleva a pecar tanto por déficit como por exceso, lo cual genera consecuencias a corto y a largo plazo.
Explicó que el cirujano y su equipo deben ir más allá del procedimiento quirúrgico y contribuir con el tratamiento metabólico y nutricional, consiguiendo una mejor calidad de vida para el paciente.
“Previendo las alteraciones futuras o una vez se desencadenen los efectos propios de las carencias nutricionales, es importante la valoración experta por parte de un médico hematólogo, quien es el especialista entrenado en anomalías de la sangre, el objetivo fundamental es minimizar los efectos del desarrollo de anemia y acortar su evolución” indica la especialista.
Agregó que los déficits nutricionales de hierro y vitamina B12 tienen poca incidencia tras la colocación de una banda gástrica ajustable (técnica restrictiva), pero su incidencia es progresiva (20-40 por ciento) a medida que los pacientes se someten a una técnica con resección.
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Las anemias ocurren por los cambios anatómicos del tracto digestivo proximal y cambios en la concentración de pH o disminución de la secreción ácida gástrica que alteran la absorción de hierro, vitamina B12 y en pacientes con asas intestinales largas excluidas o derivadas, déficits de elementos traza y vitaminas liposolubles.
Es frecuente que por la exclusión gástrica se favorezca a largo plazo síndrome de malabsorción y subsecuente deficiencia de vitamina b12.
Para evitar las repercusiones de la anemia, la clave es un seguimiento médico adecuado, se aconseja vigilancia por médico hematólogo, quien vigilará el estado celular, y el tratamiento siempre será individualizado. Este seguimiento junto con la motivación y compromiso del paciente, son los únicos medios para garantizar el éxito a largo plazo de la cirugía.