Los reguladores estadounidenses reforzaron el lunes su advertencia sobre el uso de un artefacto otrora popular para la cirugía ginecológica que puede propagar el cáncer, afirmando que el riesgo solo se justifica en un número reducido de pacientes.
La Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) actualizó su advertencia de abril diciendo que los médicos no deberían utilizar el morcelador laparoscópico para practicar una histerectomía o remover fibromas intrauterinos "en la vasta mayoría de las mujeres".
El doctor William Maisel, de la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), afirmó que hay opciones más seguras para el procedimiento en la mayoría de pacientes, pero aclaró que el aparato podría ser adecuado para un número reducido de mujeres que necesitan removerse los fibromas pero protegiendo el útero en caso de que decidan tener un bebé en el futuro. Los fibromas son tumores benignos, aunque a veces dolorosos, en la cubierta interior del útero.
Maisel dijo que la FDA recomienda que los fabricantes del morcelador laparoscópico incluyan inmediatamente en la guía del producto una nueva información sobre seguridad: un recuadro con la advertencia sobre los riesgos y dos contraindicaciones para los casos en que jamás debería usarse, que abarcaría a la mayor cantidad de pacientes.
"La preocupación principal de la FDA es la seguridad de las pacientes", dijo Maisel a la prensa en una teleconferencia. "Queremos que todas las mujeres con fibroma intrauterino estén al tanto del riesgo".
Los fibromas son relativamente comunes en las mujeres de mayor edad, pero generalmente no tienen que ser removidos si no causan problemas como hemorragia menstrual excesiva, dolor y anemia.
Los llamados morceladores se han popularizado porque permiten la remoción de fibromas, o todo el útero, con cirugía menos invasiva. Su funcionamiento se parece al de una licuadora de mano, que corta tejidos dentro del abdomen en trocitos diminutos que pueden ser removidos mediante incisiones ínfimas, en vez de cortar el abdomen o remover el útero por la vagina.
Sin embargo, el procedimiento puede liberar células cancerosas ocultas en el útero o en los fibromas, esparciéndolas con riesgo de que se multipliquen en partes del abdomen.
Maisel dijo que en Estados Unidos se hacían unos 50.000 procedimientos anuales con el dispositivo, pero que probablemente se redujo la cifra debido a los riesgos.
Fuente www.elnuevoherald.com