Madrid.- Un reciente estudio en niños y niñas europeos identificó cuatro metabolitos urinarios (hipurato, ácido N-metilnicotínico, urea y sacarosa) que indican su consumo de alimentos de la dieta mediterránea y de alimentos ultraprocesados, lo que puede ayudar a predecir su salud metabólica.
El mismo se realizó utilizando la metabolómica, una nueva herramienta que estudia sistemáticamente los metabolitos de moléculas pequeñas en un sistema biológico y la espectroscopía de resonancia magnética nuclear del protón (1H-RMN).
Este estudio observacional transversal es el resultado de una investigación internacional con participación del Instituto de Salud Global de Barcelona enmarcado dentro del proyecto europeo Human Early-Life Exposome (HELIX).
El objetivo de esta iniciativa europea es definir el exposoma de los primeros años de vida combinando todos los riesgos ambientales a los que las madres y los niños están expuestos, y vincular estos con la salud, el crecimiento y el desarrollo de los niños.
Los resultados fueron publicados recientemente en eLife.
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Los hábitos dietéticos se consideran un elemento clave para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes de tipo 2, por lo que es necesario disponer de medios para evaluar la ingesta dietética, las alteraciones metabólicas relacionadas con la dieta y su asociación con el riesgo de enfermedad.
Los alimentos ultraprocesados, formulaciones industriales sometidas a una serie de procesos físicos y químicos que suelen carecer de componentes alimentarios saludables intactos e incluyen diversos aditivos, pueden dar lugar a una ingesta acumulada de sal, azúcares añadidos y grasas.
Las muestras de orina tienen altas concentraciones de metabolitos derivados de los alimentos y estudios previos habían demostrado que los perfiles metabólicos urinarios podrían aportan una gran cantidad de información sobre las exposiciones ambientales, el estilo de vida y nutricional, el estado fisiológico y metabólico y los riesgos de enfermedad a nivel individual y poblacional, así como proporcionar una medida objetiva de la ingesta dietética.
No obstante, los métodos tradicionales de evaluación utilizados hasta ahora, como los cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos y los diarios de consumo de alimentos, se asocian a muchos errores de medición, como la infravaloración de la ingesta calórica y la estimación incorrecta del tamaño de las porciones, que pueden conducir a resultados incoherentes, especialmente cuando se investiga la relación entre la ingesta de alimentos y la causalidad de la enfermedad.