Cáncer de testículo: el cáncer del hombre joven

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A propósito de que abril es el mes dedicado a la concientización sobre el cáncer testicular, la doctora Jazmín García, ofrece el siguiente resumen sobre la enfermedad y sus complicaciones.

A continuación les dejamos el artículo:

El cáncer de testículo es un tumor aparece sobre todo en hombres jóvenes y, generalmente es de buen pronóstico. Incluso los estadios más avanzados pueden ser curables, con cirugía y quimioterapia o radioterapia. Es el cáncer más común en hombres jóvenes, de 15 a 35 años de edad.

El cáncer de testículo sólo representa alrededor del 0,5-1% de los tumores del sexo masculino, con aproximadamente 49.000 nuevos casos al año en todo el mundo, pero su número va en aumento desde los años 50, sobre todo en países desarrollados (alrededor del 60% de los casos se registran en ellos).

El último informe epidemiológico Globocan 2012, cifra en 823 casos el número de cánceres de testículo que se diagnostican anualmente en España (0,6% de los cánceres entre los hombres).

Hay varios tipos histológicos de cáncer de testículo, y casi todos (90%) derivan de las células germinales (Tumores de células Germinales o TCG). Dentro de los TCG, se distinguen los seminomas y los no seminomas (teratomas malignos, carcinomas embrionarios y coriocarcinomas). Seminomas y no seminomas se reparten aproximadamente al 50% los TCG de testículo. Hay tumores mixtos. Los seminomas aparecen un poco más tarde y son menos agresivos que los no seminomas, pero desde la introducción de los tratamientos con cisplatino en los años 70, el pronóstico es prácticamente igual en los dos tipos de tumor, con cifras excelentes de supervivencia, incluso en tumores diseminados.

Es un tumor propio de jóvenes. Más de la mitad de los casos se diagnostican entre los 20 y los 35 años: los seminomas alrededor de los 30-35 años, y los no seminomas, una década antes. Entre los 15 y los 35 años es, junto con los linfomas, el tumor más frecuente en los hombres. Sólo un 10% se diagnostican por encima de los 50 años, y son en su mayoría seminomas.

No se conocen bien los motivos que pueden producir un cáncer de testículo, pero su aumento en las últimas décadas en los países industrializados, hace pensar que estos motivos son ambientales, que actúan en edades muy tempranas y que están relacionados o son los mismos que causan el descenso de la fertilidad masculina. De hecho, la incidencia de cáncer testicular se considera en algunos ámbitos como un indicador de la salud reproductiva de una población.

El único factor de riesgo conocido es la criptorquidia (ausencia de descenso del testículo al escroto en los primeros años de vida). También hay una mayor probabilidad si hay antecedentes familiares o personales de cáncer de testículo. Se han estudiado muchos otros factores (traumatismos, vasectomía, hernia inguinal, factores hormonales, nutricionales, exposición a tóxicos), pero no hay resultados concluyentes.

Síntomas

La gran mayoría de los casos de cáncer de testículos son detectados por el propio paciente.

En general, salvo casos excepcionales, el cáncer de testículo no suele producir síntomas generales, tales como fiebre, pérdida de peso o dolor.

Es importante acudir al médico si observas:

Bulto no doloroso o inflamación en alguno de los testículos

Cualquier cambio de forma o tamaño.

Sensación de pesadez en el escroto.

Dolor en el abdomen bajo o en la ingle.

Acumulación de líquido en el escroto.

Dolor o molestia en un testículo o en el escroto.

Diagnóstico

Para el diagnóstico de un tumor de testículo se utilizan las siguientes pruebas:

Exploración médica: tanto de los testículos como del resto del cuerpo.

Ecografía testicular: es una prueba inocua, para ver la estructura y anormalidades del testículo.

Análisis de sangre para ver marcadores tumorales, algunos subtipos de tumores testiculares pueden elevar marcadores tumorales específicos en sangre, que se pueden usar para seguir su evolución y la efectividad del tratamiento. Entre ellas se encuentran la alfafetoproteína, la gonadotropina coriónica humana y la lactato deshidrogenasa.

Orquiectomía inguinal: procedimiento para extirpar el testículo a través de una incisión en la ingle. El testículo extirpado se observa en el microscopio para determinar el tipo de célula maligna: Seminoma o No-Seminoma.

Elección del tratamiento

El éxito del tratamiento reside en un diagnóstico precoz posible .El tratamiento para el cáncer de testículo depende del estadio y tipo de células que forman el tumor.

Tratamiento quirúrgico

La cirugía que se realiza para curar el cáncer de testículo consiste en la extirpación del testículo a través de una incisión en la ingle (este procedimiento se denomina orquiectomía radical).

A diferencia de otros tipos de tumores, en el cáncer de testículo no está recomendado la cirugía directa (es decir, a través de una pequeña incisión en el escroto), para evitar el riesgo de diseminación del tumor hacia el escroto o hacia los ganglios linfáticos.

En algunas ocasiones es necesaria la cirugía en ganglios linfáticos o en lesiones “sospechosas” alejadas del tumor original.

El tratamiento administrado después de la cirugía, con el propósito de aumentar las posibilidades de curación, se denomina tratamiento adyuvante.

Radioterapia

La radioterapia mediante rayos X de alta energía es efectiva en los tumores germinales.

Se puede administrar para tratar seminomas de estadio 2, o como terapia preventiva en el caso de cáncer en estadio 1, y así minimizar la probabilidad de que aún existan tumores minúsculos indetectables y que pudiesen extenderse. La extraordinaria sensibilidad a la radioterapia de los seminomas hace que la tasa de curación para los casos en estadio 1 sea superior al 95%.

La radioterapia es un tratamiento que utiliza radiación para eliminar células tumorales.

Quimioterapia

La quimioterapia es un tratamiento de fármacos para eliminar las células tumorales.

La quimioterapia es el tratamiento estándar, con o sin radiación, cuando el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo (o sea, estadio 2 ó 3). En algunos sitios se ofrece como opción para los tumores testiculares que tienen algún factor de mal pronóstico (afectación de los vasos sanguíneos o por el tamaño tumoral) en estadio 1 como terapia preventiva en los casos de mayor riesgo.

Pronóstico (supervivencia y mortalidad)

Aproximadamente un 96% de los pacientes que sufren un cáncer de testículo sobreviven más de 5 años.

Supervivencia

Este elevado % se trata de una supervivencia global, sin tener en cuenta edad, tipo histológico o fase de la enfermedad. En estadios precoces puede llegar al 100%. Si existen metástasis, desciende hasta un 60-70%.

En general tienen mejor pronóstico los pacientes más jóvenes.

La supervivencia es excelente tanto en seminomas como en no seminomas. Recientes estudios demuestran que la supervivencia, a igualdad de estadio, es prácticamente la misma en los dos grupos, y que se mantiene a los 10 años.

Mortalidad

El cáncer de testículo fue el motivo de aproximadamente 8.900 muertes en todo el mundo en el año 2002 (0,2% del total de fallecimientos por tumores malignos). El número de casos no deja de aumentar, pero las tasas de mortalidad descienden constantemente en los países desarrollados. De hecho, más del 70% de las muertes se localizan en países en vías de desarrollo, el mayor número en Sudamérica y Europa Oriental.

Por la doctora Jazmín García, miembro del equipo de expertos de Savia Care