Santo Domingo.- El presidente de la Sociedad Dominicana de Otorrinolaringología, doctor José Raúl Batista, aseguró que la contaminación sonora en el país es muy fuerte y significa un gran problema para la salud.
El dominicano está expuesto en su diario vivir a altos niveles de ruido que pueden afectar su salud, tanto en la parte física como su salud mental, afirmó.
“Esto es un grave problema, ya que tenemos muchos vehículos con mala calidad en los silenciadores, se toca mucha bocina y la música alta en los colmadones”, refirió.
Batista explicó que dependiendo el campo laboral del individuo estará más o menos expuesto al ruido, siendo de los más afectados los trabajadores de la construcción, personal militar (expuestos a disparos sin protección) y personal que trabaja en grandes industrias.
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Una novedad que ha presenciado en consultas es la cantidad de pacientes que ha recibido con problemas auditivos luego de asistir constantemente a cultos en las iglesias.
“Ahora estamos recibiendo muchos pacientes cristianos que van a culto y salen sordos porque las iglesias no están teniendo un control adecuado del sonido”, detalló.
En una publicación de Diario Libre, el doctor Batista recordó que en julio pasado se sometió al Congreso un proyecto para que se pueda realizar un Despistaje Auditivo Neonatal Temprano a cada niño que nazca en el país.
“Esta prueba consiste en hacer mediciones acústicas desde las 48 horas de nacidos, sin dolor, y en menos de cinco minutos el médico tiene la certificación de si el bebé escucha, pero la mayoría de los hospitales públicos no lo hacen”, indicó.
Lo que dice la doctora Francina Sasso
En tanto que la doctora Francina Sasso, médico otorrino de la Clínica Unión Médica del Norte, estima que la probabilidad de una población expuesta a ruidos de sufrir sordera se considera mínimo en niveles de exposición a 75 decibeles durante un período de ocho horas.
Dijo que el ruido puede provocar malestar, estrés, trastorno del sueño, pérdida de atención y retraso escolar. Eso se traduce en costos sanitarios, baja productividad, accidentes laborales o de tránsito, pérdida de valor de los inmuebles, dificulta la convivencia, e incluso, hacer que pacientes que se puedan sentir fatigados porque no escuchan bien, se tornen agresivos.
La especialista advirtió que los niveles de sonido recomendados son 55 decibeles en áreas exteriores durante el día y 35 en la noche.
Recomendó crear un personal permanente de monitoreo de ruido medioambiental, realizar planes progresivos para la reducción del ruido y realizar campañas educativas.
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