Según informaron en la oficina de prensa de ese nosocomio, el alquiler de las salas de operaciones será por un año, cuyo monto a pagar es ¢1.684 millones.
En el centro médico esperan realizar entre 14 y16 cirugías diarias en un conjunto de cuatro salas del hospital privado.
“La meta es realizar cerca de 3.000 cirugías en un año, durante la semana pasada se logró intervenir a 21 pacientes, en lo que consideramos como una especie de plan piloto para ir evaluando detalles y afinando la logística que se pueda necesitar”, manifestó Óscar Mario Alvarado, coordinador del programa de Salas de Operaciones Externas (SOE).
Informó, además, que las especialidades beneficiados son: cirugía general, ortopedia, otorrinolaringología y cirugía reconstructiva, en las cuales se ha tenido mayor dificultad para atender las demandas de los pacientes.
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En el México añadieron que, para marzo próximo, esperan incluir ginecología entre las intervenciones a realizar.
Cerca del 70% de los procedimientos a aplicar será de tipo ambulatorio entre todos los servicios.
Para ser operados, los pacientes serán seleccionados previamente de forma planificada y coordinada, donde el jefe de cada servicio asumirá la responsabilidad de priorizar de acuerdo con el tipo y condiciones de enfermedad.
Además de los cuatro quirófanos, el alquiler contempla los servicios de hospitalización, de apoyo como imágenes médicas, insumos, medicamentos, uso de equipos, limpieza, unidad de cuidado intensivo (en caso de ser necesario).
También se incluye el servicio de alimentación tanto de pacientes como de funcionarios; así como los servicios de transporte de enfermos críticos en unidad avanzada.
Al respecto, en la Unión Nacional de Empleados de la Caja y Seguridad Social (Undeca) manifestaron que se trata de un monto excesivo que ahora debe pagarse.
“Esto es el resultado de un proyecto que ha pasado por diferentes etapas porque una empresa constructora no cumplió con el contrato y solamente se pudieron hacer cinco quirófanos”, apuntó Martha Rodríguez, dirigente sindical.
“Estamos preocupados al ver que la institución no avanza con el proyecto y al final terminará pagando grandes cantidades de dinero a los sectores privados, por eso esperamos que la Contraloría General de la República haya revisado bien ese contrato”, añadió.
En el gremio esperan que una vez pasado un año no se empiecen a hacer prórrogas de ese contrato, cuando más bien debería ser la CCSS la que brinde los servicios.
El problema empezó en el 2014, cuando el nosocomio contaba con 17 salas de operaciones, sin embargo, por asuntos de estructura quedaron 8 disponibles, motivo por el cual debían construirse 9 más.
Por ello contrataron a la empresa Vidalco S.A. para que, mediante el contrato 1570 establecido por la compra directa 2016CD-000006-2014 y estipulado por $2.540.433, los construyera, sin embargo, no fue así por constantes atrasos en las obras.
Debido a la situación, tanto la Caja como el hospital informaron al representante legal de la constructora sobre el cese del contrato por incumplimiento, mediante la resolución GM-D-8855-18, de las 9 a.m. del 10 de julio.
Según indicaba el documento de resolución, la afectación que causaron los atrasos se traducía en un promedio de 569 cirugías al mes no realizadas, para un total de 3.411 operaciones de enero a junio del 2018.
En ese momento el centro médico solamente contaba con seis quirófanos disponibles, con una capacidad máxima de ejecutar 35 operaciones por día.
No fue hasta el 27 de febrero de este año cuando lograron estrenar cinco quirófanos, aunque quedaba un faltante de 4 salas de operaciones (ahora alquiladas a La Católica) para lograr tener de nuevo las 17.
Pese a estrenar en ese momento, Douglas Montero, director del hospital, había señalado que el alquiler seguía en pie porque había un déficit y la necesidad aumentó.
Finalmente, las salas inauguradas tuvieron un costo con todo y equipamiento de $1 millón cada una y aseguró que se podría intervenir a 25 personas más por día, esperando alcanzar las 100.