REPORTAJE: Se transforma formación médica universitaria

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 entrevistaclinica_643093_20191009115602.jpgSanto Domingo.- El coronavirus ha impactado en todos los sectores, pero también ha dejado grandes enseñanzas y lecciones de humildad y una de estas es que a nivel de educación superior ha igualado a los hijos de “papi”, los llamados “Popis”, con los hijos de gente común, mal llamados “wawawá”.

Esto así porque los descendientes de diversas clases sociales se han visto en la necesidad de esperar el cambio de sus respectivas secciones de clases en las diferentes universidades a la modalidad virtual, que obliga la pandemia.

Tanto la universidad pública estatal, como las demás entidades académicas privadas se vieron obligadas abruptamente a cerrar sus puertas como medida de protección tanto para su personal como para los docentes.

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Carreras emblemáticas como bioanálisis, medicina, enfermería y otras, han tenido que reorientar su programación curricular y ajustarlos en la medida de lo posible a las restricciones que impone el distanciamiento y la protección para evitar el contagio de los estudiantes.

En términos generales, la pandemia ha representado un gran desafío, pero las diversas creaciones del hombre, como la tecnología, han hecho menos pesada la carga.

Persiste la esperanza de que a medida que se conoce más de la enfermedad esta se pueda hacer desaparecer en corto tiempo.

La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la más grande del país, con más de 200 mil personas estudiantes, cerró faltando menos de seis semanas para finalizar el semestre.

En el caso particular de la Facultad de Ciencias de la Salud, la doctora Rosel Fernández, incumbente afirmó que esto se materializó en julio con un programa intensivo para que los estudiantes recibieran la docencia en la modalidad virtual y no perdieran el semestre.

Explicó que para el siguiente semestre 2020-2021, «y sin romper con el estatuto orgánico que contempla la docencia en todas sus modalidades, llevamos 30 mil secciones presenciales a la virtualidad creando más de 13 mil aulas virtuales para más de tres mil docentes que en principio se resistían al cambio obligatorio de la tradicional a la docencia a la virtualidad”.

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Afirmó que la docencia, especialmente la de tipo teórica, “ha dado un giro en cuanto a la calidad ya que la plataforma exige una serie de herramientas educativas que en la presencialidad eran difícil de aplicar”.

En tanto que la docencia práctica no podrá ser sustituida por la modalidad virtual, ya que en ésta se miden las habilidades y destrezas del estudiante, principalmente en carreras como farmacia, enfermería, odontología, bioanálisis y medicina que contemplan los pensum de formación.

Cambio para los docentes

Los maestros se han visto en la obligación de asumir la tecnología como modalidad de trabajo, para lo cual la Rectoría y cada facultad crearon rutas rápidas de capacitación.

Otros que se resistieron al cambio y que cumplían con el tiempo y la edad, optaron por su jubilación, huyendo de la realidad que se ha hecho obligatoria, destacó la funcionaria académica.

Se trató de un verdadero desafío, capacitación de los docentes y estudiantes bajo diversas plataformas, según cuenta.

Dice que muchos estudiantes han tenido dificultad desde el punto de vista de equipamiento, condiciones de sus hogares, privacidad, energía eléctrica permanente, accesibilidad a una red adecuada y con capacidad, entre otros factores.

El doctor William Duke, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, dijo que el impacto ha sido enorme y ha forzado grandes cambios en las facultades que forman los recursos humanos en salud, no solo en las áreas de licenciaturas o grados, sino también en postgrado y maestrías.

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Advirtió que no fue fácil llevar a la virtualidad a cerca de 40 mil estudiantes de las 11 escuelas de medicina del país.

Expresó que en las universidades privadas se siguió el programa de manera virtual, pero en la universidad del Estado no se pudo continuar de inmediato por la misma debilidad de la conectividad.

Destacó que se descontinuaron las prácticas hospitalarias de los estudiantes de medicina o de otras carreras que rotan por los hospitales, debido a la cantidad de pacientes con covid-19.

Aseguró que la ausencia de prácticas se extendió prácticamente hasta el mes de octubre.

“Se está hablando de unos ocho meses de ausencia de formación hospitalaria en su año de internado para cerca de ocho mil estudiantes internos de las diferentes escuelas de medicinas”, comentó.

Agregó que en el caso de la UNPHU ha buscado la manera de poder continuar ese proceso de enseñanza aprendizaje por medio de la virtualidad y la simulación.

“La parte práctica hizo que se buscara la simulación para poder crear los escenarios de los diferentes casos que se han discutido”, sostuvo el pasado presidente de la Asociación Dominicana de Facultades y Escuelas de Medicina (ADOFEM).

Adujo que el covid-19 ha sido un gran reto para la formación de médicos a nivel universitario, ya que se ha retornado a los hospitales, pero con protocolos de cada una de las universidades y escuelas de medicina supervisados por el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología.

Duke afirmó que para el retorno a los campus universitarios se está haciendo un protocolo de otras carreras para poder regresar a partir de enero de 2021.

Para el traslado de los contenidos teóricos presenciales hacia las plataformas virtuales, las universidades se comprometieron a utilizar diferentes estrategias y herramientas de aprendizaje como el análisis de casos clínicos con pacientes, videoconferencias sobre temas clínicamente relevantes en cada área, cursos de actualización sobre covid-19, uso correcto de los equipos de protección personal y aspectos de prevención de la enfermedad.

Por Gabriela Mora

resumendesalud@gmail.com