Carreteras son la tumba de los médicos

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accidente-de-medicos.pngSanto Domingo.- Los médicos, por su trabajo, tienen que manejar vehículos de noche, madrugada, trasnochados, cansados y agotados. Y eso le da mayor riesgo de sufrir accidentes de tránsito. Las calles, avenidas y carreteras pueden ser su sepultura.

El doctor Clemente Terrero, preocupado por la situación, cuantificó los que se han ido al Cielo en los últimos meses.

Dice el infectólogo y subdirector del hospital infantil Robert Reid Cabral que con frecuencia los médicos tienen que trasladarse de un pueblo a otro para cumplir con compromisos de trabajo. “Una cantidad importante transita la carretera en vehículos conducidos por ellos mismos, muchas veces agotados, preocupados, trasnochados y muy de prisa”, anota.

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Les dejamos el relato del doctor Terrero

“No han sido pocos los médicos que han perdido la vida en accidentes de tránsitos, es el caso de mi compañero Deli Ogando, médico gineco obstetra, que lo vi por última vez en el Hospital Plaza de la Salud una tarde que estuve de servicio. Ogando tuvo un accidente de tránsito camino a Bonao, donde trabajaba para un centro salud del Estado”, describe.

La médico gineco obstetra Ruth Infante, del Programa de Fertilidad de la Clínica Profamilia Dr. Evangelina Rodríguez, falleció en el 2017 en un accidente de tránsito en la autopista Duarte, próximo a Villa Altagracia.

En el 2018 falleció en un accidente de tránsito el médico Federico Félix, que era ginecólogo en un centro médico privado.

En el año 2018, tres médicos residentes que habían viajado al Cibao después de amanecer de un servicio, cuando venían de regreso, sufrieron un accidente en la carreta Duarte, falleciendo todos en el mismo.

Ese año ocurrió lo mismo con un médico cirujano, Vicente Samuel Mejía, quien iba camino a Azua a cumplir con su trabajo en un hospital público, llegando a la ciudad sufrió un accidente que le costó la vida.

En el 2019 sucedió algo igual con el médico anestesiólogo Gilberto Evaristo Rojas, que había amanecido trabajando en un centro de salud privado en Santo Domingo; en viaje de regreso a Jimaní sufrió un accidente que le quitó la vida.

No sabemos la circunstancia, pero en la madrugada del 23 de febrero de este año falleció en accidente de tránsito la pediatra Juana Méndez, una mujer de gran corazón, cariñosa con los niños, responsable y honesta en su trabajo.

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Reflexión

Sostiene que los hechos han demostrado que conducir es una actividad peligrosa que puede poner en peligro la vida de las personas en la carretera, ya que en ocasiones se presentan imprevistos no deseados que provocan accidentes catastróficos y fatales.

Puntualiza que es la misma historia siempre, viven en un pueblo y trabajan en otro.

“Y nos hacemos las siguientes preguntas, ¿vale la pena poner en riesgo la vida en esas condiciones?, ¿vale la pena seguir el ritmo acelerado de esta sociedad?”

Asegura que está demostrado que la probabilidad de accidente es directamente proporcional al número de viajes; “además, el riesgo aumenta cuando el vehículo es conducido por el mismo médico, y es que los imprevistos nadie los ve”.

Recomienda viajar preferiblemente en vehículo público, “pero si tienes que manejar, hazlo con la prudencia, no hacer rebases temerarios, no excedas la velocidad, ni te distraigas”.

Y finaliza: “recuerda que tu familia, amigos y compañeros te esperan. Has un alto en el camino”.