Santo Domingo.-La doctora Mónica Rosario, cardiólogo- internista, mediante un análisis sobre la participación del doctor Rick Nishimura, en el simposio cardiovascular virtual Valentín Fuster 2020 en Nueva York, Estados Unidos, habla sobre los desafíos de la miocardiopatía hipertrófica (enfermedad en la que el músculo cardíaco se vuelve anormalmente grueso).
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El doctor en su disertación, sostuvo que en el origen de esta enfermedad casi siempre es causada por un desorden genético, con múltiples genes y mutaciones involucradas, donde se afectan los polipéptidos y lo que se ve en el ecocardiograma es una hipertrofia compensatoria.
A futuro temprano considera que el diagnóstico se haga por genotipo que el eco y la MRI serían para estratificar el riesgo.
De igual forma, define la relación entre la edad y las alteraciones anatómicas y su relación con un test genético positivo, algunas de las características que poseen los pacientes jóvenes son hipertrofia ventricular espontánea, curva reversa del septum, realce tardío con gadolinio y riesgo de muerte súbita lo que se relaciona altamente con un test genético positivo a diferencia de pacientes adultos mayores entre 70 y 80 años que en general tiene hipertrofia leve, un septum sigmoideo y como estos en general tienen un sustrato, como estenosis aórtica, y mejor pronóstico en cuanto a muerte súbita.
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En cuanto a los diferentes abordajes quirúrgicos enfoca la MCHO y como el movimiento anterior sistólico es parte de la mayor cantidad de síntomas, en estos casos un alivio de la obstrucción con miectomía transaórtica supone mejoría de síntomas con gradiente residual menor de 10 mmHg, sin insuficiencia mitral residual y un riesgo quirúrgico en manos expertas menor al 1%.
De igual forma, plantea que en el espectro variable de posibilidades de MCH que puede presentarse en la base del septum en todo el septum, pero que hay otras localizaciones como el caso de la variante apical, la cual no tiene obstrucción al tracto de salida, pero que los pacientes pueden tener síntomas por disfunción diastólica, situación que en el pasado se derivó a trasplante cardíaco.
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Aclara que en los últimos años ha habido avances en el tratamiento quirúrgico y es en este punto donde cita la técnica de miectomía apical del Dr. Schaff publicada en 2010, con la que aumenta la cavidad ventricular y mejora la “compliance” y los síntomas de disfunción diastólica.
Asimismo, hace referencia a la evolución natural de esta variante en particular con isquemia apical y formación de aneurismas y luego obstrucción en cavidad media.
Una vez ocurrido esto hay más síntomas, más riesgos de taquicardia ventricular y más riesgo de eventos embólicos. En estos casos sugieren otro tipo de miectomía en el que se resecan la obstrucción y el aneurisma todo desde la vía transapical.
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En cuanto a la muerte súbita, deja claro que es impredecible y que un paciente puede estar completamente asintomático y morir súbitamente, la importancia de implantar DAI en pacientes de alto riesgo.
Agrega que esta situación se presenta con más frecuencia en pacientes que han tenido arresto cardíaco y taquicardia ventricular sostenida, aquellos con familiares de primer grado con muerte súbita asociado a MCH, la presencia de más de 30 mm de grosor ventricular y síncope inexplicado ponen al paciente en la franja de mal y con menor riesgo la presencia de TV no sostenida, respuesta presora hipotensora en prueba de esfuerzo, obstrucción al tracto de salida y enfermedad coronaria.
La doctora hizo el recuento en la edición del 1 de marzo del boletín Cardio Síntesis, donde destacó que a menor edad más riesgo de muerte súbita por miocardiopatía hipertrófica.
