Investigadores estadounidenses han diseñado una píldora ingerible de gelatina para realizar rastreos de estómago a los pacientes.
De acuerdo con los investigadores, al llegar al estómago la píldora se hincha rápidamente hasta adquirir el tamaño de una pelota de ping-pong suave y blanda, lo suficientemente grande como para permanecer en el cuerpo durante un período prolongado de tiempo sin salir.
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La píldora inflable lleva incorporado un sensor que rastrea continuamente la temperatura del estómago durante hasta 30 días.
Si es necesario retirarla del estómago, un paciente puede beber una solución de calcio que hace que la píldora se encoja rápidamente hasta su tamaño original y salga del cuerpo de manera natural y segura.
Los científicos explican que la nueva píldora está hecha de dos tipos de hidrogeles, mezclas de polímeros y agua, que le dan una consistencia parecida a la gelatina. La combinación permite que la píldora se hinche rápidamente mientras se mantiene impermeable al ambiente ácido y agitado del estómago.
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El diseño basado en hidrogel es más suave, más biocompatible y más duradero que los sensores ingeribles actuales, que pueden permanecer en el estómago solo durante unos días o están hechos de plásticos duros o metales que son varias veces más rígidos que el tracto gastrointestinal, señalan los desarrolladores.
Los investigadores esperan que en el futuro la píldora pueda administrar de manera segura varios sensores diferentes al estómago para controlar, por ejemplo, los niveles de pH o signos de ciertas bacterias o virus.
En el transcurso de varias semanas, en las píldoras también se insertarían unas pequeñas cámaras para visualizar el progreso de tumores o úlceras.