El Banco Mundial publicó estudios que revelan los esfuerzos que hacen varios países para alcanzar la cobertura universal en salud, construir capital humano y lograr un crecimiento más inclusivo.
Entre los trabajos destaca uno de la economista Magdalena Rathe, directora de la Fundación Plenitud, titulado “República Dominicana: implementación de un sistema de protección de la salud que no deje a nadie atrás”.
La investigación centrada en el régimen subsidiado del Seguro Familiar de Salud indica que, durante los últimos 50 años, la República Dominicana ha experimentado un crecimiento económico importante, con tasas más altas que la mayoría de los países de América Latina.
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Sin embargo, a pesar de la reducción de la pobreza y la indigencia en los últimos años, los salarios promedio en el sector permanecen extremadamente bajos, y una gran proporción de la población en edad de trabajar está fuera del sector formal.
De igual forma, resalta que el país introdujo una reforma estructural de salud en 2001, que ha tenido éxito en afiliar más del 70 por ciento de la población al Seguro de Salud Familiar, con un paquete de servicios con el mismo contenido para todos, aunque con diferentes formas de financiamiento y provisión de servicios.
Sin embargo, la red pública de servicios, que está legalmente a cargo de brindar atención a la población de menores ingresos, se ha rezagado en su proceso de reestructuración, con serios problemas de calidad, eficiencia y gobernanza.
Por lo tanto, aunque muchos de los objetivos de cobertura se han logrado, la salud de la población no ha mejorado lo suficiente. En efecto, los indicadores de resultados siguen muy por detrás de la mayoría de los países en la región de América Latina.
El país necesita profundizar su reforma de salud para alcanzar la cobertura universal de servicios de salud de calidad, incluyendo coberturas garantizadas para los problemas prioritarios de salud de la población.
Al mismo tiempo, necesita también mejorar la protección financiera, para reducir el gasto de bolsillo y para que nadie enfrente gastos catastróficos o empobrecedores por motivo de una enfermedad. De esta manera se puede lograr una mejor protección social, para que nadie sea dejado atrás.
El estudio es el No. 30 de la Serie de Estudios de Cobertura Universal de Salud del Banco Mundial. Puede consultarse en: https://openknowledge.worldbank.org/handle/10986/29182