Discurso del rector en graduación Unibe noviembre 19 del 2016

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Estimados Amigcastaño.jpgos y Amigas,

Hoy celebramos nuestra XXX Ceremonia de Ordinaria de graduación. Un acto cargado de solemnidad, de alegría y de mucha satisfacción.

Además, permite la ocasión para reafirmar una vez más nuestro compromiso con una de las misiones más importantes de la Universidad: formar recursos humanos con vocación y liderazgo a una sociedad necesitada de nuevos talentos y profesionales emprendedores.

Han pasado ya 34 años de la fundación de esta Academia. Durante estas más de 3 décadas, UNIBE se ha ido consolidando y jugando el rol que le corresponde en el sistema educativo nacional.

De igual forma, su quehacer y compromisos asumidos de manera responsable en cada uno de los miembros de la institución, ha permitido avanzar y consolidar el liderazgo indiscutible que en este momento tiene esta universidad.

Ahora bien, después de haber entregado los respectivos títulos universitarios que respaldan la culminación de ustedes en sus respectivos programas de grado y postgrado, quiero expresarles nuestra más sentida felicitación a todos. UNIBE celebra con mucho júbilo, esperanza y satisfacción este cierre, la culminación de lo que ha sido un proceso de construcción de capacidades y competencias que les permitirán crecer y alcanzar metas personales y profesionales.

A partir de este momento, adquieren de manera individual una nueva dimensión. Acceso a nuevas oportunidades, y lo hacen bajo el amparo de una base sólida y promisoria, la cual les permitirá continuar avanzando en la construcción de un futuro que les espera.

Hoy, en el momento de despedir a esta nueva promoción, quisiera, si me lo permiten, invitarles a todos a una reflexión personal.

Es una tradición, como se ha mencionado, que el Rector en funciones se dirija a la clase graduanda y le trasmita un último mensaje de cierre de nuestro compromiso institucional con cada uno de ustedes, antes de que tomen el juramento que les consagra con los principios de esta academia y de ustedes como egresados.

Realmente me pregunto si realmente están ustedes claros de sus metas y objetivos personales.

Sosteniendo y anunciando la salida de esta nueva carrera, y con una banderilla de salida en mis manos, ¿estoy realmente anunciando a la sociedad la incorporación de nuevos prospectos y competidores preparados y listos para participar en un evento colmado de imprevistos y desafíos que se llama mundo laboral?

Se hace mandatorio que al llegar a este punto donde se encuentran ustedes, ya tengan definida una visión personal de sus propósitos y metas, pues sin ello estarían a la deriva y sin poder trazar la ruta que les conduzca exitosamente. Pero, estoy personalmente convencido de que la mayoría en esta momento tiene visualizada cuál será la ruta a seguir y que la misma deberá llevarle a cumplir con sus sueños.

Toda meta requiere de un plan, y éste debe tener objetivos y acciones concretas por lo cual será necesario trazar estrategias para lograr los resultados anhelados. A aquellos que aún no tienen claro cuáles serán los próximos pasos, les exhorto a que se detengan, tomen su tiempo para reflexionar, y no den pasos innecesarios. No dejen las cosas a la deriva y al destino, tracen su propio plan. Todo se puede alcanzar, y los logros dependerán de que tan decididos estén de luchar por ellos.

Este magnífico esfuerzo de ustedes que celebramos hoy, es solo una herramienta, ella sola en un marco colgado de la pared podría no ser más que un diploma que no está exento del fenómeno de la devaluación como lo estaría un billete de dinero que no genera valor.

¿Qué valor podría tener un título que no se refrenda cada día con acciones ligadas al trabajo, la acción, la innovación, los emprendimientos, y al bien social? ¿Para qué sirve el conocimiento y las habilidades y destrezas adquiridas si no se utilizan y transforman en bienes y servicios?

Distinguidos graduandos y graduandas, la humanidad se ha desarrollado y avanzado desde sus orígenes gracias a la evolución de sus capacidades, y aunque al principio se limitaban a la sobrevivencia en un entorno hostil y primitivo, esto permitió evolucionar gracias al fruto del ingenio, el conocimiento, la innovación, y la adaptación a los cambios.

Hoy, el avance vertiginoso en diferentes áreas de las ciencias ha transformado la humanidad, pero definitivamente a un alto costo y alterando irreversiblemente la naturaleza. La historia dela humanidad está llena de procesos y luchas permanentes entre el hombre y su entorno.

Hemos migrado de una existencia enfrascada a la supervivencia, a una era que ha convertido el mundo en un bergantín de oportunidades, inequidades, contradicciones e incomprensiones de progreso y miserias, así como de luces y sombras.

En las últimas décadas hemos sido testigos de cómo grupos de generaciones con características disímiles, aspiraciones y frustraciones distintas se han ido sucediendo de manera rápida unos de otros. Desde los Baby Boomers a la actualidad han acontecido cambios dramáticos en las generaciones que le han sucedido.

A finales del Siglo XX, se anunciaba el surgimiento de una nueva generación de hombres y mujeres, conocidos hoy como los Millennials o Millenniuns. Según autores, el término se refiere a los nacidos a partir del año 1980 hasta el año 2,000. En este momento, estamos asistiendo a un acto de graduación de representantes de esa generación en su mayoría.

El sociólogo norteamericano, Larry Nelson, describe a los Milleniuns como jóvenes que retrasan algunos ritos habituales y tradicionales que anuncian el paso de la juventud a la vida adulta. Tienden a permanecer viviendo por mas años en la casa de sus padres, en comparación con generaciones anteriores.

En relación con la identidad cultural, suelen tener una mejor convivencia con los aspectos propios de su entorno social, se resisten en su mayoría a la afiliación que los encasille en preferencias políticas y en una gran proporción, no tienen una clara definición de su identidad religiosa, pero tampoco tienen una postura clara de la existencia o no de Dios.

Además, suelen ser idealistas y dotados de poca paciencia. Lo quieren tofo para hoy y así practican la desesperación, como si quisieran adelantar las agujas que marcan el tic tac del destino.

Su percepción y aceptación de la política está embarcada de desconfianza y desilusiones. No crean raíces a los pies de ningún liderazgo, son verdaderos críticos y no defienden ni colores ni banderías partidarias. Sólo creen en resultados positivos, aceptándolos de manera similar, fraseando el adagio de “haz el bien y no mires a quien”.

Pero lo más determinante y que es insigne en esta generación es su adicción a las nuevas tecnologías de la información lo cual les señala como nativos digitales. No conciben un mundo sin el internet y sin redes sociales.

Un experimento interesante y que requiere de mucho valor personal es atreverse a esconderle el celular a un Milleniun por un corto período de tiempo y observar las reacciones en cadena de resabios y expresiones típicas de muy poca tolerancia y paciencia.

En el caso de mi propia casa, donde convivo con 3 dignos representantes de esta generación, cuando alguien anuncia, siempre en voz alta la frase: no hay internet, se desatan los demonios, generándose para los mayores, sentimientos de culpas inevitables. Sin exagerar, un día sin data en su Smartphone ni de acceso a Internet en su entorno, desata en ellos una especie de ataque de pánico, generando angustias e inseguridades, trastornando su vida mientras dure el blackout.

Otro elemento del perfil de quienes se aprestan a relevarnos más pronto de lo que podemos imaginar, es su poco interés en la profundización del conocimiento de la historia, el arte y la cultura, evidenciado un escaso hábito de lectura sistemática de textos literarios y de autores clásicos. Definitivamente, no están dentro de la mayoría de sus prioridades. Se conforman con los mini mensajes construidos en un nuevo formato de códigos y atajos, los cuales ejecutan con una destreza y habilidad impresionantes.

Los investigadores señalan algunos rasgos que en cierta forma describen su personalidad. La falta de madurez y actitudes muy individualistas, pero con unas altas expectativas, confianza en sí mismos, una gran autoestima y la búsqueda permanente de la comodidad. Pero al mismo tiempo, y esta es una fortaleza, su capacidad de adaptarse a nuevas condiciones y cambiar de hábitat y de trabajo sin dejar raíces, ni traumas, ni ataduras.

Como cualidades luminosas, evidentemente tienen mucha capacidad para emprender y crecer rápidamente, y resolver varios problemas simultáneamente. Son arriesgados y capaces de jugarse todo el capital en una sola ronda.

En esta generación abundan individuos que quieren todo a la vez. No están dispuestos a soportar un trabajo poco interesante y que sea rutinario. Tampoco quieren dejar las cosas buenas para luego, las quieren usufructuar hoy. Pero hay algo impactante que debo de resaltar: su apetito por dejar su huella en la historia, vivir una vida interesante, formar parte de algo grande, crecer y desarrollarse, cambiar el mundo que les rodea, y como algo disruptivo, no sólo ganar dinero.

Su sensibilidad hacia los animales es sobresaliente y los identifica como capaces de denunciar y salirle al paso a cualquiera que maltrate a un miembro del mundo animal.

Sus códigos de comunicación son diferentes, al igual que su lenguaje corporal. Gestos, posturas y señales dicen lo suficiente para el entendimiento entre partes.

Twengle cree que este cambio generacional está provocado por el incremento del individualismo. Sostiene que: «El individualismo no combina bien con la religión», ya que ésta dicta normas sociales y de comportamiento, mientras que el individualismo se centra en el ser y en las opciones personales.

Los científicos también señalan que el ritmo de vida de estas personas es mucho más rápido, por lo cual les acompaña la poca capacidad para la tolerancia. Asimismo, a diferencia de las generaciones precedentes, no suelen hacerse adictos al trabajo, ya que han decidido mantener el equilibrio entre su carrera laboral y su vida personal.

Aunque hay muchos que no trabajan ni tampoco estudian, a los cuales se les ha etiquetado como Ninis, representan la fracción de los que se han marginado, y aunque han ido en aumento, en honor a la verdad, estos siempre han existido.

Definitivamente, no son mejores ni peores que el resto de las generaciones que le han antecedido. Simplemente son diferentes. Esto nos presenta una sociedad que no concluye su propia metamorfosis, dando paso a formas distintas de comportamiento social que apuntalan hacia nuevos modelos de liderazgos que defienden y reclaman derechos en tono firme de sus ideas y atributos.

Las familias monoparentales, el embarazo en la adolescencia, las preferencias sexuales, la poligamia política (grupos políticos sin ideales ni identidad), entre otros, son claros indicadores de una sociedad diferente. Un ejemplo reciente lo vimos en España, crisis de liderazgos que puso en evidencia cambios sustanciales en la recomposición social y política de esa nación. Diez meses imposibilitada para formar gobierno, producto de un salto desde un liderazgo político predominantemente ortodoxo y retórico a uno emergente y adornado de un arquetipo distinto y antepuesto; liberal y disruptivo, donde quizás lo menos importante, pero inseparable en el fondo, era la facha de su líder máximo, pero como lo visual es comunicacional, definitivamente rompía con la ortodoxia de la etiqueta y protocolos de las propias cortes.

El Movimiento Político Podemos, representado por su líder de izquierda, Pablo Iglesias, no respetó escenario ni espacio, siempre irreverente, pero con suficientes argumentos para atraer nuevos adeptos que claman por cambios estructurales y una mejor redistribución de los recursos. Una desafiante rebelión contra los poderes fácticos tradicionales, de manera soslayada, despreciando a la propia monarquía.

Pero siendo sincero, creo firmemente en esta nueva generación. Sus peculiaridades no permiten paso al fracaso y les exhorto a mirar siempre al frente, con esperanza y decisión.

Pero, no olviden, y lo debemos reiterar, que existen principios y fundamentos que han prevalecido y son universales. Los valores que nos identifican como seres racionales y nos separan de las demás especies se mantienen válidos: la ética, la honestidad, la solidaridad, la moral, son innegociables e inamovibles.

El presidente norteamericano, Theodore Roosevelt, expresó en una ocasión: “Educar a una persona solamente en los aspecto intelectuales, y dejar de la lado los aspectos éticos y morales, es crear una amenaza para la sociedad”. Pero a pesar de esto y sin que quede en sus ánimos una nube de pesimismos, tienen en sus manos grandes oportunidades para que desde sus profesiones, alcancen sus propios sueños.

No se dejen alcanzar de la desactualización profesional, ya que para que puedan realmente mantener su capacidad de compra, tendrán que mantenerse al día en su formación.

Finalmente, estimada clase graduanda, ojalá y puedan ustedes motivarse y desarrollar sus propios liderazgos, desde los cuales podrán influir de forma positiva en su entorno y en su país, con lo cual estaríamos haciendo honor a lo que ha sido desde el principio el lema de nuestra Universidad: UNIBE… Forjando los Líderes.

Felicidades y éxitos.