El virus ‘crassphage’, específico de las bacterias presentes en las heces humanas, está altamente correlacionado con la abundancia de genes de resistencia a los antibióticos en muestras ambientales, segun un estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) publicado en ‘Nature Communications’.
El hallazgo indica que la contaminación fecal puede explicar en gran medida el aumento de bacterias resistentes que a menudo se encuentran en ambientes impactados por el hombre. Sin embargo, en la investigación hubo una excepción clara en que los genes de resistencia también eran muy comunes sin la presencia de ambientes contaminados con altos niveles de antibióticos de fabricación, llamados fagos.
Le puede interesar:
Objetivos de la nueva gestión Sociedad de Infectología
Sociedad Infectología lanza propuesta en antibióticos
Las conclusiones del estudio «son importantes», ha valorado el profesor de farmacología ambiental de la Universidad de Gotemburgo, Joakim Larsson, uno de los coautores.
«Pueden informar del manejo de los riesgos para la salud humana asociados con bacterias resistentes a los antibióticos en el medio ambiente. Si bien los residuos de antibióticos son claramente la causa de los niveles excepcionalmente altos de resitencia encontrados cerca de algunos sitios de fabricación, la contaminación fecal es probablemente la explicación en la mayoría de los otros lugares», señala.
En este contexto, «el estudio indica la importancia de tener en cuenta el nivel de contaminación fecal al interpretar los hallazgos de resistencia a los antibióticos en el medio ambiente. Implica que a menudo no es necesario explicar tales hallazgos mediante la selección ‘in situ’ de los antibióticos residuales», ha agregado Larsson.
Le puede interesar:
Proponen fórmula para adecuada limpieza hospitalaria
INTEC presentará investigaciones en salud
El aumento de los niveles de bacterias resitentes a los antibióticos en el medio ambiente también podría ser consecuencia de la selección en el mismo lugar de residuos antibióticos en el medio ambiente, lo que promovería la evolución de nuevas formas de resistencia.
Sin embargo, la investigación no excluye que «todavía haya selección por niveles bajos de antibióticos en el medio ambiente en paralelo», ha reconocido el investigador. Otros hallazgos sugieren que «los niveles bajos y ambientales de ciertos antibióticos podrían seleccionar la resistencia», ha agregado Larsson, pero ha reconocido que «necesita más investigación».