Suecia.- Investigadores del Instituto Karolinska describen cómo diferentes tipos de células inmunes, llamadas macrófagos, se desarrollan en los pulmones y cuáles de ellas pueden estar detrás de las enfermedades pulmonares graves.
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista ‘Immunity’, el descubrimiento puede contribuir a futuros tratamientos para COVID-19, entre otras enfermedades.
La estructura de los pulmones los expone a virus y bacterias tanto del aire como de la sangre. Los macrófagos son células inmunes que, entre otras cosas, protegen los pulmones de tales ataques.
Pero bajo ciertas condiciones, los macrófagos pulmonares también pueden contribuir a enfermedades pulmonares graves, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la COVID-19.
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En este nuevo estudio, los investigadores han utilizado un modelo para estudiar el desarrollo de los macrófagos pulmonares directamente en un pulmón vivo.
Esto se ha combinado con un método para estudiar la actividad de los genes en las células individuales, la secuenciación del ARN, y de ese modo se ha descubierto cómo los monocitos sanguíneos se convierten en macrófagos pulmonares humanos.
«En nuestro estudio, mostramos que los monocitos clásicos migran a las vías respiratorias y al tejido pulmonar y se convierten en macrófagos que protegen la salud y la función de los pulmones. También hemos identificado un tipo especial de monocito, HLA-DRhi, que es una célula inmune intermedia entre un monocito sanguíneo y un macrófago de las vías respiratorias. Estos monocitos HLA-DRhi pueden abandonar la circulación sanguínea y migrar al tejido pulmonar», explica el líder de la investigación, Tim Willinger.