¿Por qué hospitales de la capital tienen mala imagen?

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Un estudio realizado en ocho hospitales sobre la gestión de la comunicación y relaciones públicas revela el deficiente servicio realizado, la pobre calidad de la información ofrecida a los medios, la falta de equipo y el desnivel en conocimientos y preparación académica del personal.

Otros datos revelados son carencia de una política de contratación de periodistas en hospitales, alejadas de la politiquería y el amiguismo; la necesidad de un plan y manual de protocolo para gestionar los servicios de comunicación y articular a los hospitales con el nivel central.

El estudio comparativo tuvo como tema central Manejo de la información publicada en los medios de comunicación de cuatro hospitales de autogestión y cuatro centralizados, en Santo Domingo, durante el período enero-marzo del año 2016.

Fue presentado realizado por el periodista y abogado Luis Moreno Cárdenas para optar por el título de magister en gerencia moderna de la salud, de la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD). En el mismo analiza la información pública originada en los dos modelos de gestión de hospitales, la calidad, estructura y contenido.

 

Resumen del contenido

Fueron estudiados los hospitales autogestionados Ney Arias Lora, Hugo Mendoza, Maternidad Reynaldo Almánzar y Vinicio Calventi, así como los centralizados Centro Materno Infantil San Lorenzo Los Mina, Francisco Moscoso Puello, Darío Contreras y Robert Reid Cabral.

Faltan gerencias de comunicación y relaciones públicas en los establecimientos de salud.

Se necesita una política nacional de comunicación y relaciones públicas que cohesione a los modelos de autogestión y centralizados imposibilita desarrollar acciones de orientación y educación en la población.

Se carece de política informativa que oriente el accionar de la institución y aproveche informaciones de esos centros.

La falta de una política de comunicación expone al centro de salud a los problemas propios que se generan en estas instituciones y que crean situaciones difíciles que implica afectar la imagen pública.
pericia profesional de los periodistas de algunos de estos centros, quienes dejan pasar cosas que deben ser tomadas en cuenta por su importancia noticiosa.

Hay que contratar personal de comunicación a través de concursos, que garantice a las instituciones hospitalarias disponer del personal capacitado y formado en el área de la salud alejado de la politiquería.

La comunicación interna no es muy buena en los hospitales, la cual debe ser trabajada con la incorporación de las demás gerencias para garantizar una unificación de la política comunicacional.

Las denuncias de mala práctica, descuido y desatención a pacientes, quejas por el tiempo de espera para lograr el turno en la atención, han hecho daño a los hospitales públicos.

Hay débil vinculación con la comunidad a través de relaciones públicas.

No hay redes en hospitales de primer y segundo nivel que refuercen el trabajo de comunicación de los establecimientos de tercer nivel.

Poco apoyo a las actividades formativas nacionales e internacionales para los periodistas.

Limitaciones de recursos, condiciones adecuadas para operar una oficina, necesidad de personal de la comunicación, equipos entre los que se citan cámaras fotográficas, de video, radio, televisores y otros, para monitorear las informaciones de los medios.

Ser requiere de departamentos de comunicación activos y ágil, que utilice los medios actuales, tecnología y redes, que apoyen la gestión de la dirección.

Muy pocas informaciones salen de la oficina de comunicación y relaciones públicas de los hospitales, muchas se generan en el día a día, debido al interés humano, como un factor determinante para ser tomado en cuenta por los medios.

Los hospitales envueltos en escándalos no cuentan con una gerencia de comunicación y relaciones públicas que haga el trabajo de diseñar, aplicar y desarrollar una política de comunicación para fortalecer la imagen del centro de salud.

Bajo presupuesto de los hospitales para enfrentar situaciones y mejorar sustancialmente los servicios, ligado a esto la contratación de personal por amiguismo o relaciones políticas, lo que le impide dar respuesta adecuada a los problemas que se presentan con las publicaciones en los medios de comunicación.

En los escándalos en los hospitales no hay comprensión de las autoridades hospitalarias, poco o ningún apoyo recibido del nivel central en materia de comunicación, inexistencia de un plan de comunicación o manuales que permitan orientar y afrontar con claridad las dificultades en que se ven envueltos.

De los ocho hospitales de la investigación, solo tres del modelo de autogestión, planifican los trabajos de comunicación y de estos solo uno le saca el mayor provecho al servicio prestado.

De estos centros, sólo cuatro cuentan con personal para el trabajo de comunicación y relaciones públicas, de los cuales tres son del modelo de autogestión y uno del modelo centralizado.

Uno de estos hospitales se maneja sin periodista, mientras tres solo cuenta con un profesional de la comunicación, cuatro tienen más de dos, la mayoría sin la experiencia en el área.

Hay poco interés mostrado desde el nivel central en atender la preocupación de los directores y sus reclamos de la designación de personal para esa área a fin de aprovechar la producción de informaciones.

Carencia de manual o protocolos para gestionar los servicios de comunicación y falta de un plan de trabajo que marque el rumbo hacia donde debe dirigirse la comunicación del centro.

Falta una política nacional de comunicación y relaciones públicas que cohesione a los dos modelos de atención que funcionan en hospitales de la Red Pública de Salud, mediante la cual el personal de las gerencias se coordine y puedan hablar el mismo lenguaje para informar, orientar y educar a la población sobre los principales asuntos de salud.

Es notorio el desnivel en conocimientos y preparación académica entre el personal que labora en las diferentes gerencias de comunicación y relaciones públicas.

De éstos, ocho hospitales de los modelos de autogestión y centralizados de Santo Domingo, urgiendo la necesidad de invertir recursos en una mayor formación académica del personal, especialmente en la comunicación en salud para mejorar la calidad, el tratamiento y el seguimiento de la información.

Se requiere destinar recursos para equipar las oficinas de comunicación y relaciones públicas a los fines de que puedan hacer el trabajo de proyección y control de daño evitando el deterioro de la imagen pública.

Hay pobre calidad de la información para su divulgación enviada desde las gerencias a los medios de comunicación.

Se requiere desarrollar un programa de formación de periodistas que laboran en las relaciones públicas para que manejen con destreza la terminología y los aspectos técnicos de la comunicación del área.

Hay que incluir las gerencias de comunicación y relaciones públicas en el organigrama de funciones de los hospitales.

Sugiere elaborar manual de funciones donde se establezcan las responsabilidades de cada empleado y que ese documento puede ser común a las gerencias de los diferentes centros de salud del país.

También, articular una política de comunicación entre el Ministerio de Salud, Servicio Nacional de Salud, el 911 y el Servicio Regional de Salud Metropolitana con las diferentes gerencias de comunicación y relaciones públicas, para facilitar la aplicación de una estrategia coherente en beneficio de las instituciones y los usuarios.

Crear gerencia de comunicación y relaciones públicas en los hospitales para que se encarguen de organizar la comunicación interna y externa, a fin de velar por el cuidado y fortalecimiento de la imagen institucional.

Elaborar planes de comunicación modelo que pueda ser compartido y puesto en marcha en los diferentes hospitales para garantizar las informaciones de producción, investigaciones y actividades que se desarrollen en estos hospitales.

Articular a las diferentes gerencias de comunicación y relaciones públicas de los hospitales para que puedan compartir experiencias y dar respuesta unificada a los problemas de comunicación que se presenten en la Red Pública del Servicio Nacional de Salud.

Vincular hospital con la comunidad a través de acciones de formación coordinadas por la gerencia de comunicación y relaciones públicas, con la finalidad de que puedan ser parte de política de prevención de enfermedades, reducir la mortalidad y aumentar el nivel de vida.

 

Marco de la investigación

En la investigación fueron involucradas 38 personas, entre éstas 8 directores generales de los hospitales objeto de la investigación, 7 gerentes o encargados de comunicación y relaciones públicas de cada centro de salud,3 técnicos, 3 fotógrafos-camarógrafos y 17 periodistas que laboran en los centros de salud.

De este personal 6 en el Hospital Traumatológico Ney Arias Lora, 5 del Pediátrico Hugo Mendoza, 3 en la Maternidad Reynaldo Almánzar, 2 del Hospital Vinicio Calventi, uno en el Centro Materno Infantil San Lorenzo Los Mina, 2 en el Francisco Moscoso Puello, y 4 en el Hospital Darío Contreras.

La investigación se centró en la búsqueda de las causas que originan el problema de la mala imagen de los hospitales públicos de la República Dominicana y el manejo dado a las informaciones en las gerencias de comunicación y relaciones públicas.