Estudios aclaran por qué algunas personas pasaron la infección por coronavirus sin problemas mientras otras enfermaron hasta morir.
Uno de los trabajos apunta que casi el 20% de las muertes por covid se debe a que los pacientes generaron un tipo de proteínas del sistema inmune que, lejos de protegerles contra el virus, exacerbaron sus efectos.
Hace casi un año un consorcio internacional de científicos y médicos ya alertó de que el 10% de los pacientes generaba autoanticuerpos, proteínas del sistema inmune que inexplicablemente se vuelven contra el organismo del paciente.
Estos anticuerpos defectuosos atacan a los interferones tipo 1, un conjunto de moléculas fundamentales porque poco después de la entrada de un virus en el organismo se encargan de interceptar al virus lanzando una alarma generalizada por todos los tejidos para que las células activen su maquinaria de protección.
El bloqueo de esta molécula era suficiente para que la infección se agravase hasta poner en peligro la vida del paciente.. Estos dos estudios realizados por el mismo consorcio son mucho más completos, pues analizaron a más de tres mil 500 pacientes en estado crítico por la Covid.
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Los resultados publicados en Science Immunology muestran que casi el 14% de los pacientes graves tenía estos anticuerpos defectuosos.
El estudio también muestra que estos autoanticuerpos son mucho más frecuentes en personas de edad avanzada. Hasta el 6% de los mayores de 80 años tiene estos autoanticuerpos presentes en su organismo previamente a la entrada del virus, mientras que en los mayores de 70 es el 1% y entre los de 18 a 60 años solo el 0,18%, según muestra el estudio, que para este análisis ha estudiado muestras de casi 35 mil personas.
La presencia de estos autoanticuerpos también es más alta en pacientes con algunas enfermedades inmunológicas previas como el timoma, que afecta al timo, una especie de cuartel donde se entrena a los efectivos del sistema inmune para diferenciar qué moléculas son propias y no deben ser atacadas y cuáles pertenecen a patógenos y deben ser aniquiladas.
“Es posible que parte de las reinfecciones que estamos viendo en gente vacunada se deban a estos autoanticuerpos”, explica Carlos Rodríguez-Gallego, inmunólogo del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín y coautor del estudio. “Es lógico pensar que la vacuna protege también a las personas que tienen estos autoanticuerpos.
Estos nuevos datos deberían usarse para seleccionar bien los grupos de riesgo a los que podría beneficiar una tercera dosis de la vacuna”, añade Rodríguez-Gallego. El médico señala que ya es posible hacer un test especial para detectar estas moléculas y saber por tanto si un infectado tiene más riesgo de sufrir covid grave.
También apunta a dos posibilidades de tratamiento: en los primeros días de la infección, cuando aún apenas hay síntomas, se puede usar interferón. Si la enfermedad ya está avanzada habría que recurrir a la plasmaféresis, un filtrado de la sangre para eliminar los anticuerpos malignos y otras moléculas inflamatorias.
El mismo consorcio aclara en un segundo estudio una de las claves de por qué la covid ha sido más letal para los hombres. Se trata de una mutación en el gen TLR7 que predispone a sufrir covid grave.
Este gen está en el cromosoma X, lo que hace que los hombres sean mucho más vulnerables, pues solo tienen una copia de este cromosoma mientras las mujeres portan dos, con lo que su riesgo se reduce significativamente.
El trabajo apunta a que este defecto hereditario puede explicar casi el 2% de los casos de neumonía grave por covid en menores de 60 años.
“Estas son de las pocas evidencias que realmente explican por qué un subgrupo de pacientes empeora y suponen una pequeña esperanza para ellos”, reconoce Manel Juan, inmunólogo del Hospital Clínic de Barcelona.
El médico apunta que una de las cosas que habría que averiguar ahora es si estos dos factores de riesgo están también detrás de parte de las reinfecciones en personas completamente vacunadas.
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Al comienzo de la pandemia nadie sabía cuáles eran los factores de riesgo de covid. En ese punto se creó el Consorcio de Genética Humana (HGE) para detectar variantes genéticas que pudieran influir en el pronóstico de los infectados.
En septiembre del año pasado, el proyecto liderado por Jean Laurent Casanova, investigador del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia y de la Universidad Rockefeller de EE UU y Helen Su, del Instituto de Alergia y Enfermedades Infecciosas del mismo país, identificó tanto el problema de los autoanticuerpos como otras ocho variantes genéticas que afectan a los interferones tipo uno y que explican un 3,5% de los casos de covid grave.
Estas variantes son mucho más comunes en hombres que en mujeres. Estas pequeñas piezas del puzle van explicando parte de por qué los hombres tienen bastantes más probabilidades de sufrir complicaciones y de morir por esta causa que las mujeres.
Existe una conexión directa entre el sexo biológico y el funcionamiento del sistema inmune, un punto clave, pues en la mayoría de casos no es el virus el que mata al paciente sino la reacción defectuosa de su sistema inmunológico.
Tras la entrada del virus en el organismo, algunos pacientes producen una gran cantidad de moléculas inflamatorias que agravan la neumonía. Es la temida tormenta de citoquinas.
La producción desaforada de estas moléculas es mucho más común en hombres que en mujeres, sobre todo en edades avanzadas.
Además, los hombres mayores generan menos linfocitos T capaces de identificar y destruir a las células infectadas. Uno de los principales factores de riesgo para la covid es la edad, en parte porque el sistema inmune va envejeciendo y funciona cada vez peor. Pero esta senectud inmunitaria suele llegar antes en hombres que en mujeres, otro factor que explica parte de la diferencia entre sexos vista durante la pandemia.