Ética de la urología

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En el siguiente texto el doctor Mateo, experto en urología láser, explica cuando adquiere significado la ética en la profesión que ejerce.

Ejercerpablom.jpeg la urología se obtiene luego que recibimos el diploma universitario de docotor en medicina, en 5-6 años de universidad, a veces más, seguido obtener la autorización del ejercicio mediante el exequátur, luego llenados los requisitos anteriores, llega el momento del concurso, donde si logramos ser electos nos pasamos entre 4-5 años más, dependiendo del lugar de la especialidad, y posteriormente las subespecialidades que van desde seis  meses a dos años.

En total serían unos 10-12 años de estudios, pero que en realidad nunca terminan.

Entonces se presenta el momento del desempeño laboral, que puede ser de dos maneras, o las dos al mismo tiempo, son: 1-como urólogo liberal- o lo mismo privado, y 2-brindando el servicio a un tercero-, o lo mismo, un empleado. Independientemente de cuál de las dos anteriores elijamos hacer, debemos siempre regularnos por la ética, esta es una profesión ligada a la salud, y a las vidas humanas, cuyo desempeño lo realizamos con el prójimo, y no se justifica hacer indicaciones de estudios, análisis, o tratamientos racional ni científicamente bien sustentados.

De la misma manera, indicar una cirugía con fines benéfico-pecuniarios, son actos totalmente antiéticos. La práctica antiética denunciada de indicar estudios, análisis, medicamentos para conseguir complacencia, y hasta cirugías, para recibir prebendas, constituye un acto repugnante y bochornoso.

La Urología, como otras ramas de la Medicina, se sustenta en un acto de vocación y de humanidad, regida por nobles principios que han de ser inherentes al profesional de la salud.

Alejarse de estos principios para perseguir ventajas es un actuar indigno, que atenta al buen nombre de la profesión.

En nuestro juramento de fidelidad debemos -ejercer nuestra profesión dignamente y a conciencia, -velar por la salud de nuestros pacientes, guardar y respetar los secretos que ellos ponen en nuestras manos, -considerar como hermanos a nuestros colegas urólogos, y a los demás profesionales de la Medicina. Vivamos felices, teniendo la conciencia limpia y la satisfacción del deber cumplido.