Estados Unidos.- La genética puede desempeñar un rol en las probabilidades de una persona de padecer la enfermedad de Alzheimer, y una nueva investigación sugiere que las diferencias en ese riesgo se basan en cuál de los padres tuvo la enfermedad.
En un estudio de 4.400 personas que aún estaban «cognitivamente intactas», hubo una mayor acumulación de placas de proteína amiloide en el cerebro (un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer) si la madre de la persona, o ambos padres, tenían Alzheimer, en comparación con las personas en las que la enfermedad de Alzheimer solo había afectado al padre.
Te puede interesar: El 20% casos Alzheimer podrían tener origen genético
Por lo tanto, las personas con una madre afectada por el Alzheimer podrían estar en un riesgo especial, dijo un equipo del Hospital General Brigham de Massachusetts, en Boston.
«La herencia materna de la enfermedad de Alzheimer podría ser un factor importante para identificar a los individuos asintomáticos para los ensayos de prevención en curso y futuros», dijo la coautora del estudio, la Dra. Reisa Sperling, neuróloga de Mass General.
El estudio se basó en datos de un ensayo clínico centrado en la prevención del Alzheimer. A las personas en el estudio se les preguntó si alguno de sus padres había sido diagnosticado con la enfermedad de Alzheimer o no, y cuándo la memoria de sus padres comenzó a fallar.
Sperling y sus colegas compararon esas respuestas con los niveles de amiloide en los cerebros de las personas.
Haber tenido un padre que desarrolló síntomas de Alzheimer relativamente tarde en la vida no pareció estar relacionado con los niveles de amiloide en los cerebros de las personas, mostró la investigación.
Sin embargo, hubo una correlación entre la acumulación de placas cerebrales y haber tenido una madre cuyos síntomas de Alzheimer comenzaron a cualquier edad, o tener un padre cuyos síntomas comenzaron relativamente temprano, reportó el equipo.
«Si su padre tuvo síntomas de inicio temprano, eso se asocia con unos niveles elevados [de amiloide] en la descendencia», señaló la primera autora del estudio, la Dra. Mabel Seto, investigadora postdoctoral del departamento de neurología del hospital. «Sin embargo, no importa cuándo su madre comenzó a desarrollar síntomas, si es que los tuvo, se asocia con un amiloide elevado».
El sexo del participante del estudio no pareció importar en lo que respecta a la relación entre la acumulación de amiloide y los antecedentes parentales, anotaron los investigadores.