Santo Domingo.- La gran variedad de dispositivos inteligentes que adoptan forma de reloj pueden registrar más de 7.500 variables fisiológicas y conductuales.
Para los inversores, todo este sector de salud digital todavía no es atractivo. Para los pacientes, la innovación en dispositivos wearable acaba de comenzar.
Hay firmas pequeñas que aparecen y desaparecen pero la inteligencia artificial y los wearables tienen la posibilidad de dar nueva forma al cuidado de la salud de tres maneras: diagnóstico precoz, tratamiento personalizado y manejo de enfermedades crónicas. Cada una de las tres, promete bajar costos y salvar vidas.
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Ventajas de las nuevas tecnologías en el sector salud
Según información publicada en mercado.com.ar, los wearables pueden detectar cambios sutiles que de otro modo pasan desapercibidos. Así, las enfermedades son menos graves y el tratamiento más económico.
En cuanto al tratamiento personalizado, existe la promesa de ver a las personas como individuos y no clones de un teórico ser humano promedio. La mayoría de los medicamentos funcionan en apenas 30-50% de los pacientes.
Los algoritmos pueden convertir la montaña de datos que generan los wearables en recetas y dietas personalizadas para perder peso, controlar la diabetes y demás. Esos regímenes son más eficaces que seguir el camino del “talle único”. Cuando los médicos pueden ver dentro del cuerpo de un paciente en tiempo real todo el tiempo, pueden brindar un mejor cuidado.
De igual manera, los wearables pueden ayudar al manejo de enfermedades crónicas. Los wearables pueden transformar las enfermedades crónicas como la diabetes. Casi 80% de los casos se pueden prevenir con cambios en la vida de la gente. Las apps usan pequeños dispositivos y tácticas inteligentes para hacer que la gente se mueva más, coma mejor y duerma mejor.
La escala de todos estos beneficios promete ser vasta. Los smartphones sirven de plataforma a los innovadores.
Se estima que en un par de años, probablemente, el dispositivo que se lleve en la muñeca podría estar midiendo azúcar y alcohol en sangre y también el funcionamiento del hígado y el riñón.
Sin embargo, los profesionales de la salud tienen un papel central, ya que los datos de los pacientes deben ser incorporados a un sistema de historias clínicas. Los profesionales necesitan protocolos de tratamiento sobre cómo usar la nueva tecnología. Los médicos deben ser capacitados y remunerados por ofrecer tratamientos digitales y revisar los datos.
De igual forma, se estima que los gobiernos y aseguradores deben estudiar cómo incorporar la tecnología a sistemas subsidiados de salud, que tan poco invierten en prevención.