Libro puesto a circular ayer recomienda mejoras en salud

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La Universidad INTEC fue el escenario de la puesta en circulación del libro “Salud, visión de futuro: 20 años después”, de la autoría de las licenciadas Magdalena Rathe y Pamela Suero.

El acto estuvo encabezado por la ministra de Salud, doctora Altagracia Guzmán; el rector de INTEC, Rolando Guzmán; y el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo Isidoro Santana.

Otras importantes personalidades del sector estuvieron presentes como el Superintendente de Salud y Riesgos laborales, Pedro Luis Castellanos; y el presidente de la Asociación Dominicana de Turismo de Salud, doctor Alejandro Cambiaso, entre otros.

 

Contenido

Rathe expresó en el libro se discuten los logros y fracasos del sistema de salud dominicano, comparando los resultados con los demás países latinoamericanos.

Afirmó que a veinte años de la concepción de la reforma, el sistema dominicano de salud sigue enfrentando grandes retos.

Ponderó que se ha avanzado mucho en términos de cobertura en algunos servicios básicos, pero existen grandes disparidades en términos de calidad de los servicios.

“Por un lado, en el espectro alto de la escala de ingresos de la sociedad existen proveedores de clase mundial, con médicos formados en los países avanzados, con certificaciones internacionales, que ofrecen servicios a los grupos pudientes. En el otro extremo, particularmente en los servicios públicos que se orientan hacia los de menores ingresos, la calidad deja mucho que desear”.

Puso como ejemplo la elevada mortalidad materna y neonatal, en un país donde casi la totalidad de los partos son institucionales y atendidos por profesionales.

“Esas muertes ocurren en los estratos más pobres de la población, lo que nos sugiere problemas de equidad en el acceso a los recursos”, comentó.

Al realizar un primer análisis comparativo, “encontramos la triste realidad de que la República Dominicana se encontraba muy atrás en lograr buenos resultados de salud, a pesar del gran crecimiento macroeconómico que ha experimentado el país por varias décadas”.

Agregó que “a la vez, fue evidente que algunos países de la región latinoamericana sobresalían en sus resultados de salud, medidos primero por el indicador más representativo de logros, la esperanza de vida”.

Amplió que “luego completamos mejor este análisis con otros indicadores importantes de los logros en salud. Fuimos más allá en el análisis comparativo estudiando aspectos tales como la provisión de recursos, el acceso, el gasto en salud, la protección financiera”.

Precisó que los países que sobresalían de manera consistente fueron Costa Rica, Cuba, Chile y Uruguay.

“La experiencia de los países estudiados parece mostrar que los sistemas de salud son únicos y han seguido rutas distintas y adecuadas a sus circunstancias particulares en su búsqueda de la cobertura universal”, indicó.

“No obstante, todos ellos registraron inversiones en salud por encima del promedio, particularmente en prevención y atención primaria, constituyendo ésta el punto focal del sistema sanitario, a la vez que una plataforma para abordar otros asuntos sociales como la participación y el empoderamiento”.

Comento que “también se evidenciaba un compromiso con el logro de la equidad dentro y fuera del sistema sanitario, con políticas explícitas para abordar inequidades de diferentes tipos (de género, de ingreso, exclusión social, y disparidades urbano-rurales)”.

Agregó que “puede concluirse que un elemento común de los países exitosos fue su visión de la salud como un derecho fundamental de las personas, lo cual se reflejó en la creación de estructuras institucionales que contribuyeron al ejercicio de este derecho, así como en las prioridades establecidas para gasto estatal”.

Precisó que “esta visión se tradujo en la incorporación de mecanismos de buena gobernabilidad en las instituciones del sistema de salud y del estado, asumiéndola como un compromiso político con el desarrollo”.

 

Recomendaciones

Las autoras del libro recomienda en éste “mejorar el desempeño del sistema de salud en cada una de sus funciones principales, comenzando por el fortalecimiento de la función de rectoría, descuidada durante décadas, incluyendo la gobernanza y planeación estratégica, la inteligencia sanitaria, la capacidad de regular y hacer cumplir las leyes, la transparencia y rendición de cuentas”.

Anotan que la función de financiamiento, que es la más avanzada dentro de la reforma de salud, todavía necesita esfuerzos adicionales para incluir 3 millones de personas adicionales”.

Refieren que esto implica aumentar el financiamiento público, asignando más fondos y mejorando las recaudaciones, a la vez que reducir el gasto de bolsillo”.

Se ofrecen recomendaciones específicas en las áreas de recaudo, mancomunación de recursos y compra estratégica, incluyendo dentro de ésta última la necesidad de modificar la forma en que se define y costea el plan básico de salud.

“Una conclusión importante a la que llegamos después de estos estudios, es que la mejoría en los resultados de salud en cualquier sociedad no depende solamente del sistema de salud. Hay un conjunto de determinantes sociales que inciden de manera notable y que pueden resultar en mejorías dramáticas de la esperanza de vida si se invierte en ellos adecuadamente”, manifestaron en sus conclusiones.