Dinamarca.- Cada vez que un virus entra en un nuevo huésped la naturaleza pisa el acelerador de la evolución. El patógeno debe adaptarse al nuevo animal, aprender a abrir la cerradura de sus células, entrar en ellas y usar su maquinaria para hacer decenas de miles de copias de sí mismo.
En el nuevo hospedador se acelera la tasa de evolución del virus, que probablemente cambiará para ser más efectivo. Esto es lo que ha podido pasar con el coronavirus detectado en Dinamarca: primero saltó de humanos a visones, se adaptó a infectar a estos animales experimentando por el camino cuatro cambios, o mutaciones, en su secuencia genética, y después volvió a saltar a humanos, probablemente trabajadores de las granjas.
Esto ha liberado una nueva variante del coronavirus con cuatro nuevas mutaciones que se concentran en la parte más importante del patógeno: la proteína S que es esencial para que el SARS-CoV-2 pueda infectar y que es la diana de muchas de las vacunas que están en desarrollo.
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Según detalla el periódico El País, aunque la posibilidad de que estos cambios puedan disminuir la efectividad de las vacunas es remota, Dinamarca ha tomado la decisión de aniquilar a todos sus visones —unos 17 millones— y confinar a unas 280.000 personas que viven en zonas donde la nueva variante del virus circula ya entre humanos.
Buena parte de esta decisión se sustenta en un experimento realizado en laboratorio del que apenas hay detalles. Los científicos del Instituto Serológico de Dinamarca probaron si los anticuerpos generados por personas que habían pasado el coronavirus convencional podían combatir también la nueva variante mutada procedente de los visones.
Los anticuerpos humanos no neutralizan a esta nueva variante tanto como a las convencionales, aunque no hay detalles de cuánto ni de por qué sucede esto.
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Los resultados muestran que los anticuerpos humanos no neutralizan a esta nueva variante tanto como a las convencionales, aunque no hay detalles de cuánto ni de por qué sucede esto.
A este virus se le conoce como variante 5, pues se han detectado otras cuatro versiones del coronavirus que también circulaban entre visones. Ya se sabe que la primera de ellas es neutralizable con anticuerpos humanos. Las otras tres están en estudio y se tardará “semanas” en tener los resultados, según el Instituto Serológico.
“Estas mutaciones de visón no parecen muy preocupantes”, explica Kirsten Lyke, investigadora del Centro de Desarrollo de Vacunas de la Universidad de Maryland (EEUU) y parte del equipo que está probando en voluntarios la vacuna contra el covid-19 desarrollada por BioNTech y Pfizer.
Muchas vacunas en las últimas fases de desarrollo como la de Oxford, Moderna o esta se basan en la misma estrategia: introducir en el paciente la proteína S para que su sistema inmune aprenda a reconocerla y neutralizarla con anticuerpos y células de memoria, sobre todo la parte de esta proteína que se une a las células, el dominio de unión al receptor, RBD.
“Las vacunas contra la covid-19 han sido desarrolladas para generar más de un tipo de anticuerpos contra varias partes de la proteína S, por lo que si un anticuerpo concreto no funciona por una mutación en el virus habrá otros que sí lo harán” señala Zhou Xing, patólogo de la Universidad McMaster (Canadá), que recientemente ha publicado una revisión de la capacidad inmunizante de las vacunas en desarrollo.