Santo Domingo.- Las mujeres haitianas deben enfrentar cada día diferentes situaciones de violencia en el débil sistema sanitario de su país y en el caso de las embarazadas el riesgo es mayor por la falta de condiciones para someterse a un parto seguro.
De ahí, sin importar la clase social, incurren en gastos económicos y hasta caen en la ilegalidad con tal de parir a su hijo en condiciones aceptables, sin saber o a sabiendas de que están consumiendo parte del presupuesto de las parturientas dominicanas.
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Lo que reveló el ministro de Salud sobre parturientas haitianas
El doctor César López, presidente de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia, afirma que el trasiego de embarazadas haitianas que pagan hasta RD$ 15,000 a traficantes para poder entrar al país y dar a luz en hospitales y maternidades públicas es una cruda realidad que afecta el sistema sanitario.
El especialista hace varias preguntas referentes a qué se hace en Haití para mejorarles su salud y evitar que las haitianas paguen, para recibir el servicio fuera de su país.
Otra de las preguntas a la que aspira tener respuesta es a la de ¿será que a las mujeres les conviene más cruzar y arriesgarse a todo tipo de suertes y a cuáles países de la comunidad internacional realmente le interesa resolver la crisis haitiana?
Considera el galeno que si los haitianos tuvieran la solución a sus problemas los indigentes dominicanos estarían mejor.
El periódico Listín Diario públicó una información y que luego editorializó sobre el negocio que hay con las parturientas haitianas y las dificultades que enfrentan para entrar a territorio dominicano para dar a luz en hospitales públicos y algunos privados.
En el editorial se llama la atención sobre el grave delito contra los derechos humanos en el que incurren, sistemáticamente, un grupo de negociantes haitianos llamados “poteas”.
Recuerda el editorial que solo en el 2021, el gobierno dominicano admitió que había gastado RD$10,000 millones en asistencia a las parturientas haitianas, sin incluir los gastos médicos ni las cesáreas, para ellas gratuitos.
«Para que este lucrativo y perverso negocio se mantenga activo se necesita complicidad interna. No es verdad que un llamado «poteas”, por sí solo, tenga tanta astucia y magia para que, en tan solo un año, 24,374 haitianas pudieran entrar sin papeles al país y, adicionalmente, parir de gratis en los hospitales públicos», dice el editorial.
Considera que es una situación abusiva, porque el Estado debe cubrir los gastos de las haitianas indocumentadas, mientras las embarazadas dominicanas, pobres o de escasos recursos, tienen que cubrir sus gastos para poder dar a luz.
Critica a la comunidad internacional, porque nunca se ha propuesto edificar maternidades en Haití para romper de cuajo con este negocio que casi roza los linderos de la lesa humanidad.
