San José.- Dentro de la población de alto riesgo frente a la pandemia por Covid-19 se encuentran los pacientes oncológicos.
En este sentido los especialistas comentan que actualmente las recomendaciones a pacientes oncológicos se basan en la experiencia acumulada en el manejo de crisis similares como la pandemia de influeza AH1N1 en 2009, y otros en la experiencia que comparten centros como los italianos y españoles.
Es importante destacar que la enfermedad oncológica por sí misma es un factor debilitante del sistema inmune y en general de la persona.
La mayoría de las terapias asociadas al cáncer producen disminución de los mecanismos de inmunidad.
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La mayor incidencia de cáncer se ve en población adulta mayor, esta población además tiene alta probabilidad de presentar comorbilidades tipo hipertensión, diabetes o problemas cardiopulmonares.
La mayoría de la gente que ha recibido tratamiento contra el cáncer en el pasado (especialmente si ya transcurrieron varios años) es propensa a haber recuperado una función inmunológica normal, pero cada persona es diferente. Es importante que todas las personas con cáncer, hablen con un doctor que entienda su situación e historial médico, advierte la American Cancer Society.
El presidente de la Asociación Costarricense de Hematología indicó que las recomendaciones generales establecen que todo paciente que presente una enfermedad oncológica curable no retrase el inicio del tratamiento. Además, los pacientes que ya lo hayan iniciado deben seguir el tratamiento hasta completarlo.
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También detalló que en el caso de los pacientes en los cuales se pueda retrasar el inicio del tratamiento sin influir en su pronóstico final puede considerarse un tiempo de espera. Y que, en pacientes que tienen enfermedades incurables o de manejo paliativo, deben considerarse tratamientos orales o terapias menos intensas para evitar someterse al riesgo de la enfermedad.
En el caso de los linfomas el concepto es muy similar. En general los linfomas agresivos se considera curables, cuanto menos extendida esté la enfermedad mejor pronóstico tiene el paciente, por lo que su tratamiento no se debe retrasar.