Cada vez hay más pruebas que apuntan a la importancia de las evaluaciones precisas de la microvasculatura coronaria (la constricción de los vasos cardíacos más pequeños) en la adaptación de las terapias para enfermedades cardíacas. Esto es especialmente relevante para las mujeres y los pacientes diabéticos que son más susceptibles a la disfunción microvascular.
La información precisa sobre la salud del corazón de una persona puede permitir a los médicos tomar decisiones de tratamiento más informadas, como recetar medicamentos, decidir sobre una intervención quirúrgica o suspender la medicación.
Sin embargo, las radiografías tradicionales (angiogramas) que utilizan los cardiólogos para obtener imágenes de las arterias más grandes del corazón no muestran adecuadamente estos diminutos vasos sanguíneos.
En consecuencia, la práctica clínica actual puede conducir a un sobrediagnóstico, lo que resulta en procedimientos invasivos potencialmente innecesarios, como la inserción de stents, que conllevan riesgos y requieren tiempo de recuperación. Ahora, una nueva tecnología de diagnóstico utiliza diminutos sensores de fibra óptica para detectar las causas de las enfermedades cardíacas con mayor rapidez y precisión que los métodos existentes.
Científicos del University College London (UCL, Londres, Reino Unido) han desarrollado un nuevo dispositivo llamado iKOr que utiliza un microcatéter ultrafino integrado con sensores de fibra óptica, lo que permite a los médicos examinar tanto la presión arterial como el flujo sanguíneo alrededor del corazón, así como identificar signos de estrechamiento y engrosamiento de las arterias, indicadores comunes de enfermedades cardíacas.
La sonda delgada es especialmente adecuada para detectar microvasculatura. El dispositivo iKOr incorpora un sensor de temperatura y presión de solo 0,2 mm de ancho, el doble del grosor de un cabello humano, que se inserta a través de los vasos sanguíneos del paciente en un catéter ultrafino.
El dispositivo iKOr mide la tasa de flujo alrededor del corazón emitiendo un breve pulso de luz aguas arriba de los vasos que se están investigando, calentando así ligeramente la sangre en aproximadamente un grado.
El sensor registra el tiempo que tarda el cambio de temperatura aguas abajo, lo que permite que el dispositivo determine si el flujo está obstruido por el estrechamiento de los vasos, destaca la publicación de https://www.hospimedica.com.
Sin embargo, antes de que el dispositivo pueda obtener un uso generalizado por parte de los médicos, los investigadores deben verificar su aplicación segura y fácil en los pacientes.
Las pruebas iniciales con pacientes confirman su seguridad, facilidad de uso y funcionalidad. Estos serán seguidos por un ensayo clínico más extenso para confirmar aún más la seguridad y el rendimiento superior del dispositivo en comparación con las pruebas existentes.
“El dispositivo iKOr está respondiendo a una necesidad clínica: mejorar significativamente la forma en que se mide el flujo sanguíneo en el corazón”, dijo el desarrollador principal de iKOr, el profesor Adrien Desjardins de la UCL Medical Physics & Biomedical Engineering.
“Nuestro microcatéter proporciona mediciones simultáneas de presión y flujo desde el interior de las arterias coronarias; esto es único y hace que los diminutos vasos sanguíneos sean más medibles, en comparación con las radiografías tradicionales. Esto ayudará a mejorar significativamente el diagnóstico y el tratamiento de un gran grupo de pacientes; aquellos con enfermedad arterial coronaria obstructiva y disfunción microvascular coronaria”.