Santo Domingo.- Todo se ha consumado, In saecula saeculorum ¿Qué hacer, ahora?
El pasado 5 del presente mes, terminó en el país lo que considero un circo que, sitúa a la R.D. en la historia como el único país del mundo que en medio de una pandemia activa, diseminada, descontrolada y mal maneja desde un principio, los principales partidos políticos del sistema montaron el espectáculo electoral a como diera lugar.
No se tomó en cuenta que la salud es un derecho humano formalmente establecido, porque primó el interés económico y mercurial de varios sectores, quienes empujaban por apertura del aparato económico. Neoliberalismo total.
Tras el proceso electoral, el país se enfrenta a su realidad con una expansión de covid-19, que continúa diseminada en todo el territorio nacional con la mayor incidencia establecida en más de 19 provincias de mayor concentración de personas.
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En República Dominicana, se hace una incorrecta interpretación de los lugares en que está diseminada la evolución de la pandemia, se sitúa al Gran Santo Domingo, Santiago y San Francisco de Macorís como las demarcaciones con mayor cantidad de casos positivos en el territorio nacional y es un criterio incorrecto.
El papel de la comisión de alto nivel que maneja toda la estrategia del control de covid-19 amerita cuestionamiento desde su origen, debido a que su conformación está estructurada básicamente con una visión privada de la salud. Tampoco tiene por su propia conformación, una visión integral de la salud, no sólo por la exclusión del personal de Epidemiología y Salud Pública, sino por la ausencia de una incomprensión de la conformación e idiosincrasia de la sociedad dominicana, lo que la ha llevado a elaborar una estrategia equivocada para enfrentar esta pandemia.
A menos de un mes y medio de que se instale el próximo gobierno, la pandemia no ha llegado al pico epidémico, los problemas básicos vinculados a la enfermedad no se han resuelto y la población evidenció hartazgo de las medidas recomendadas, lo que se tradujo en indisciplina y desobediencias a medidas sanitarias elementales, como el distanciamiento físico, la no aglomeración y el uso de mascarillas.
Resulta emblemático que en República Dominicana las autoridades hayan permitido que una pandemia provocada por un virus, cuyo período de incubación está comprendido entre 1 y 15 días con promedio de 5 a 7 días; y a cuatro meses de haber sido detectado el primer caso, 1ro. de marzo, todavía está en su momento activo y de expansión.
Esto no es nuevo, viene comportándose así desde el mes de abril, específicamente a partir del boletín 57 y fue advertido en múltiples trabajos y medios por quien estas líneas escribe y otras personas.
Lo que sí es nuevo, la presencia de dos presidentes, uno en ejercicio y otro por entrar y ambos deben buscar la forma de no seguir dañando la mal estrecha salud del pueblo dominicano.
Antes de que se instale el nuevo gobierno, asoman criterios diversos de la concepción dispersa que se tiene sobre el sistema de salud y sus problemas medulares, priorizan su concepción económica por encima del sanitario y prima un interés sectorial con preeminencia en el factor económico.
Se evidencia desde ya la concepción neoliberal, incapacidad de enfrentar los poderes económicos locales e internacionales, el enfoque empresarial de la salud, el compromiso con el interés de los sectores capitalistas, que se convierten en un obstáculo las medidas que deben aplicar sin esperar más tiempo.
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Las leyes 87-1 y 42-1 por su basamento neoliberal desprotegieron al gobierno para asumir su responsabilidad con la salud del pueblo, hasta el punto que lo convirtió en un simple regulador de la seguridad social y salud del país.
Evidencia una limitada manera de ofrecer servicios y resolver los graves problemas sanitarios, siendo esta pandemia una confirmación de la misma, donde el sector privado en materia de análisis y pruebas es responsable de un 80 por ciento.
Lo deplorable es que se comentan errores o que tenga una idea incorrecta, comprobada por la inmutabilidad del tiempo y persistan en la adopción de medidas que no han surtido ningún efecto positivo y conduzcan que el país permanezca sumido en esta realidad.
La educación inculcada a una buena parte de los y las dominicanas (os), su nivel de consciencia, no ha sido conducido hacia un comportamiento racional, colectivo y participativo, sino por el contrario individual, interesado y cerrado.
Llegó el momento de adoptar medidas complejas, amplias, sacrificante, molestosas, irritantes, pero convencido de que los resultados serían la recompensa cuando se vea la luz al final del túnel. Estas medidas deben ser asumidas con más ahínco, no sólo por el pueblo, que ya ha aportado mucho y solo le queda la vida, sino por todos los grupos y sectores que han sido los beneficiado económica y socialmente a lo largo de la historia de nuestro país y del cual depende su modo vivendi, así como, los que más tienen que perder.
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Por eso, enfrentar y resolver la covid-19 implica lo siguiente:
Decretar el Estado de Emergencia Sanitaria Nacional.
Elaborar una programación de un período de tres meses, que permita no sólo aplanar la curva epidémica, sino que el covid-19 no sea un problema de salud pública.
Declarar el primer mes de cuarentena y quince días de toque de queda completo y estricto, a partir de las 2:00 de la tarde hasta las 5: 00 de la mañana del día siguiente.
Practicar en el primer mes 4 mil pruebas diarias en todo el territorio nacional a fin de identificar todos los casos clínicos y subclínicos que están presentes en el país.
Conseguir los equipos necesarios que permitan la realización de las pruebas señaladas.
Construir cuatro hospitales móviles de emergencia con capacidad para mil camas cada uno de los cuales el 25 por ciento sea condicionada para area de UCI ubicado en el Norte, Este, Sur y Gran Santo Domingo.
Seleccionar varios hoteles, moteles, casas o bloque residencial en las diferentes regiones y/o provincias del país, más las propias de pacientes con covid-19 en condiciones, a los fines de ingresar a los pacientes que ameriten estar en dichos lugares con sus respectivos seguimientos.
Suspender el vuelo a todos los países que presentan activa la pandemia, empezando por EEUU, Brasil, Chile, Ecuador, México, Bolivia, Perú, Colombia y demás que la evidencie.
Permitir los vuelos humanitarios.
Exigir la prueba del PCR para Sars-Cov-2, a todo quien entre por avión, barco, camión u otro medio de transporte al país.
Cerrar la frontera por los tres meses.
Especificar los hospitales que serán receptores de pacientes con covid-19, a parte de los que deberán de ser construido. No compartir hospitales de servicios generales a los que tratan el covid-19.
Solicitar a China, Cuba y médicos sin Fronteras, 400 médicos de diferentes especialidades, para dedicarlos principalmente a esos hospitales, si llegan mientras se construyen, del mismo modo se podrán utilizar en otros centros que atiendan covid-19.
Solicitar a China de manera urgente la construcción de los cuatro hospitales señalado debido a la demostración de la capacidad para su construcción, según experiencia lograda en 15 días.
Disponer, de los medicamentos y terapia que se están utilizando y han demostrado resultado positivos y beneficiosa para la rápida recuperación de los pacientes infectados, esto con compra directa, desde el gobierno a gobierno o desde gobierno a gran farmacéutica, nacional e internacional.
Llamar urgentemente, a los médicos del país a su integración a la atención de los pacientes con covid-19 y demás centros que no están atendiendo dichos pacientes.
Practicar pruebas a todo el personal de salud, a fin de determinar la realidad de su condición.
Disponer de todo el EPT para dicho personal.
Conformar brigadas masivas a nivel nacional de promotores de salud que se encargaría de visitar y dar seguimiento a todo paciente no ingresado en hospitales.
Abrir hasta la 1:00 de la tarde, la banca necesaria que permita dar los servicios y no permitir aglomeración de personas.
Abrir hasta la 1:00 de la tarde, los centros de dispensar alimentos, tipo supermercados, no mercados. En las plazas, sólo se permitirá el funcionamiento de los supermercados.
Estrictas medidas de cumplimientos de la distancia física de 2 metros entre persona y persona, tanto en súper como bancos y asociaciones.
Aplicación de desinfectantes a la entrada y salida de cada centro señalado.
Obligatoriedad del uso de las mascarillas para todas las actividades.
Suspensión de toda actividad masiva, en centros públicos y privados (cine, play, centros ejercicios, maratón, marchas, reunión de más de tres personas, cumpleaños, fiestas, centros licores, grupos en esquinas, en canchas públicas o privadas, piscinas públicas o privadas funeraria (hasta 10 familiares directos, con las medidas correspondientes), escuelas y universidades.
Solo podrá circular médicos y demás personal de salud que estén identificados, así como: militares, policías, periodistas, bomberos, Cruz Roja, 9.1.1, transporte autorizado de alimentos, insumo médico y combustible.
Continuar por el tiempo de este programa con el incentivo al personal de salud integrado al trabajo.
Nombrar al personal de salud necesario para los servicios de atención de covid-19.
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Mi condición de Médico Salubrista/Epidemiológico y revolucionario de izquierda no me permite evaluar un problema de Salud Pública al margen de las condiciones sociales y económicas del ente objeto, como elemento clave para enfrentar una pandemia como esta.
Para poder cumplir con este plan y período de tiempo y lograr resolver esta pandemia, es necesario que el gobierno de respuesta a la sobrevivencia de los dominicanos que representan el 52 por ciento de la llamada economía informar y de búsqueda día a día en función de que llueva o no.
Por eso, hay que garantizar un aporte de 15 mil pesos por mes a todo que ejerce una labor informal con una familia, desde fruteros, motoristas, venduteros en las esquinas que están identificados, salón de belleza, peluqueros, entre otros.
Socorrer financieramente a la micro, pequeña y mediana empresa a fin de que no quiebre y pueda seguir en su aporte al desarrollo y su propio bienestar.
Aplicar, a los que se quieran acoger a la prórroga de los préstamos, tanto en interés, como pago de capital, hasta un monto de 10 millones de pesos. No como hicieron ahora, que los que se acogieron pagarán más que cuando lo suspendieron, debido a que le siguen corriendo los interés que no le dijeron, por el método aplicado en el país, en los primeros meses, es más alto que el aporte del capital.
Los grandes capitales y comerciantes, el gobierno deberá, como de hecho lo hará, compensar con las facilidades necesarias a fin de que continúen con sus actividades económicas y financieras.
Proteger a los trabajadores públicos y privados, no permitiendo la cancelación en medio de esta pandemia y haciendo un aporte de un salario por mes hasta los que cobran 150 mil pesos, por el tiempo que dure este proceso y plan.
Al sector privado, privilegiado de este sistema, el gobierno deberá continuar contribuyendo con una parte que determine, para que complete dicho aporte.
Esta pandemia no se enfrenta realizando operación puntual en dos, tres o cuatro lugares, no, eso es puro desperdicio, publicidad y mucho bulto. Enfrente el problema de raíz, aunque dure el tiempo prudente, pero de seguro se resolverá el problema.
El aparato productivo nunca podrá operar y recuperar, durante este esta pandemia en las condiciones nacionales e internacionales. Nadie vendría a un país, cuya población está infectada.
La medicina se trabaja con evidencia, no con deseos y suposiciones.
En medicina, hay un principio que establece, la enfermedad o evoluciona a la De Alta o hacia la defunción, en este caso, debería ser a la De Alta, pero eso depende de quien tenga la capacidad de decidir y sepa lo que hay que hacer.
Por Carlos Feliz Cuello
Médico, Salubrista/Epidemiólogo