San José.- El aumento de casos Covid-19 en la zona norte requiere un abordaje diferenciado y es por eso que las autoridades empezaron con un blindaje en esa zona.
La primera medida ante el brote se dirigió hacia los productores agrícolas, que fue donde se generó el clúster de casos que está repercutiendo en el incremento de las cifras país, dijo Renato Alvarado, ministro de Agricultura y Ganadería.
Por esto se prepara un plan de intervención sanitaria conjunta que endurece sus protocolos.
Una de las medidas de este plan consiste en que estas empresas apliquen «burbujas productivas», que son espacios seguros que minimizan los contactos que puedan tener los trabajadores fuera de la empresa.
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Si las empresas no cumplen con esto no podrán operar, sentenció Daniel Salas, ministro de Salud.
Sin embargo, se descarta ponerle «pausa» a la actividad agrícola de la zona, ya que el incremento de casos está con nexo en solo dos empresas y se pretende no romper la cadena de producción y distribución de alimentos.
Además, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) intervendrá en la zona con apoyo sanitario principalmente y aporta recursos al plan de contención de la Covid-19 en Costa Rica, dentro de un plan de cooperación que tiene varias fases y en el caso del financiamiento ya ha ejecutado ₡200 millones.
También tendrá participación de la Organización Panamericana de la Salud, que aportará medicamentos y personal de apoyo, en coordinación con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Además, se sumarán otros organismos como Médicos Sin Fronteras y la Cruz Roja a nivel internacional.
Por ahora, la colaboración de la ONU no se contempla el tema de seguridad.
Pero en ese aspecto, las autoridades mantienen una constante vigilancia en el cordón fronterizo, la cual se beneficia con las restricciones de circulación y navegación y que usan apoyo de cámaras con inteligencia artificial y drones.
A su vez, la CNE habilitó un centro de aislamiento para casos positivos de Covid-19 en la zona, que son hoteles o instalaciones comunales facilitadas para alojar a las personas que no tienen las condiciones básicas para cumplir el aislamiento en el sitio donde viven.
«Esto permite que no se instale la transmisión comunitaria», afirmó Alexander Solís, presidente de la CNE.
Con las empresas cumpliendo y los habitantes de la zona norte siguiendo los protocolos, el distanciamiento social y no transgrediendo las burbujas sociales, se podría volver a aplanar la curva de casos y retomar las actividades.
Pero si los casos vuelven a recrudecer, se tomarían medidas más fuertes como elevar la alerta naranja a roja, para evitar la transmisión comunitaria y que el brote se expanda al resto del país.
Un acorralamiento total de la población se daría si se genera un escenario de transmisión comunitaria con cientos de casos al día y personas falleciendo cada 10 minutos en los servicios de Salud del país, expuso el ministro de Salud.
En ese escenario el confinamiento sería para todo el país y eso dependería de la gradualidad, de la evidencia, de la evolución, la dinámica de cada sector y ese control que podamos tener de forma preventiva de los casos que van ocurriendo, agregó Salas.
